Jubilados en pie de guerra

Son muchos y están indignados. Hasta ahora eran de mayoría conservadora, el caladero de votos del gobierno actual, pero eso está cambiando. Los mismos que nos decían lo de apretarse el cinturón, ahora se llevan el dinero calentito en sobres B. Les piden paciencia, que llegarán tiempos mejores, pero la zanahoria cada vez está atada a un palo más largo. ¿Se verá luz al final del túnel? ¡Si no pueden pagar ni su recibo! ¿Será que este país está mal gestionado por incompetencia y por mala fe? Seguro. Fátima Báñez se gasta nuestro dinero en mandar cartas a los pensionistas para decirles «lo bien» que van a estar con una subida del 0,25%. Otros ministerios despilfarran su presupuesto haciendo rotondas o comprando submarinos. ¡Muy útil! ¡Sí señor! Y más si te llevas una buena comisión. Y no digamos todas estas multinacionales que facturan en España pero declaran sus impuestos fuera de nuestras fronteras. También estoy esperando sentado que la banca devuelva con intereses los 60.000 millones que les hemos prestado (y encima nos suben las comisiones, no te digo…). En fin, un pico de aquí y otro de allá y tenemos la hucha de las pensiones llena, y si encima se recupera todo lo que deben los de la amnistía fiscal y los corruptos del pelotazo, entonces llega hasta para brindar con Dom Pérignon. Soy muy ingenuo ¿verdad?

«No hay mayor temor para un gobierno conservador, que un abuelo cabreado con el bastón en la mano, dispuesto a mostrar enojo ejerciendo de su voto».

Rafa Zamora Sancho. Málaga