En el franquismo el 1º de Octubre era festivo, para celebrar la que se llamaba «exaltación del Caudillo a la Jefatura del Estado», en tal día de 1936. Una falsedad histórica, pero sólo a medias: aunque los generales le habían elegido como Jefe del Gobierno, él mismo se exaltó a Jefe del Estado. Otro 1º de octubre, el de 1975, una organización terrorista marxista-leninista (que pasaría a llamarse Grupos de Resistencia Antifascista Primero de Octubre, o GRAPO) asesinó a 4 guardias, en respuesta a los últimos fusilamientos de Franco días antes. Y, en fin, ese día del pasado año tuvo lugar el seudoreferendum independentista en Catalunya, felizmente incruento. Aunque en perspectiva histórica vamos dejando menos rastro de sangre, parece claro que la de hoy es fecha fatídica, y habría que ver cómo borrarla del calendario, igual que esos hoteles que no tienen la habitación nº 13.