Unicaja solventó con seguridad su segundo duelo en la Eurocup a pesar de medirse a uno de los mejores «francotiradores» que se pasean por Europa, Brady Heslip. El canadiense siempre ha hecho de su tiro su carta de presentación y el Carpena vio como realizaba más tiros de 3 puntos (11) que tiros de campo cualquiera de sus compañeros. Sobrino de un mito del país de la hoja de arce como Jay Triano, Brady siempre vivió el deporte de la pelota naranja con pasión.

Su padre, Tom Heslip era una incipiente estrella local de Ontario que compartía equipo con Jay Triano en los 70 y que mantenía una gran rivalidad con el equipo de la escuela de Leo Rautins. Entre canasta y canasta Tom conoció a Jody, la hermana de Jay, y acabaron formando una familia. Tom que llegó a ser All-Canadian universitario vio que el baloncesto no iba a ser su forma de vida y decidió centrarse en su carrera de económicas.

Tom ha sido CEO de varias empresas y fondos de inversión hasta que decidió cambiar de vida y trasladarse a vivir a Italia. En Roma colaboraba y financiaba el Centro de Acogida Joel Nafuma, ubicado en el sótano de una iglesia episcopal como cuenta Michael Grange en The Starting. Allí acogían y cuidaban a refugiados de Siria, Afganistán?. Fue el gran ejemplo vital del pequeño Brady. Cuando falleció este pasado febrero, Heslip cambio su habitual número 12 por el 4 que lucía su padre en la Universidad de Guelph en Ontario.

Su madre, dedicada más al cuidado de su hijo, entrenaba con él todos los días. El pequeño Heslip anotaba todos los días en las pistas cercanas a su casa 300 triples por la mañana y otros 300 por la tarde bajo la supervisión materna. Y digo anotaba, porque lo fallos no se contaban. El niño bajito y regordete con el corte de pelo de un profesor de ciencias, como le definía su agente Bernie Lee en el New York Times, adelgazó 12 kilos cuando coincidió en la selección con Steve Nash y dio un paso adelante en su carrera.

Después de no entrar en la NBA se unió a la Liga de Desarrollo. En sus dos primeros partidos, en menos de 27 minutos de media por partido, anotó 20 de 36 en tiros de tres puntos. Todos los veranos vuelve a intentar su gran sueño, jugar en la NBA. En 2015 sonó y mucho para el Baskonia, y mientras tanto pasea su tiro por la vieja Europa esperando una oportunidad.

La temporada cajista sigue su curso y por buen camino. Buenas victorias como ante el Valencia y derrota aceptable como ante el Real Madrid en la capital de España. Sólo el partido de Vilnius dejó algunas dudas, aunque ganar fuera de casa nunca es fácil en Europa. Ahora llega el Gran Canaria al Carpena en un partido complicado y se viaja a Montenegro para medirse al modesto Mornar Bar. Dos victorias consolidarían un gran inicio de temporada del equipo de Luis Casimiro. El manchego ha conseguido cambiarle la cara al club en poco más de dos meses. Que dure...