Se acercan las elecciones y es hora de que los jefes de partido digan mucho eso de que hay que propagar el mensaje barrio a barrio. Calle a calle. Puerta a puerta si es necesario. Lo dijo Ruiz Espejo, por ejemplo, arengando a los socialistas malagueños a eso, a divulgar su programa. Yo cuando oigo estas proclamas me acuerdo del cerco de Stalingrado. No es que estuviera allí, claro, es que en los documentales sobre tal cruenta batalla siempre inciden mucho en eso. En que los rusos iban calle a calle. Bueno, los alemanes también. Primero unos y después otros y al revés y sucesivamente. Aquello terminó mal, es decir, con muchos muertos, pero bien, es decir, con la derrota de los nazis.

Después de la digresión histórica stalingradista, que no estalinista, volvemos al paraíso de ciudad, a Málaga, donde los partidos están dispuestos al puerta a puerta con tal de arañar un voto y quién sabe si un café caliente, que ya va haciendo frío. Juan Cassá, portavoz municipal de Ciudadanos, se va de juerga electoral con Javier Imbroda, número uno al Parlamento por la formación naranja, día sí, día también, recorriendo barrios y desgastando aceras. No le ha venido nada mal a Imbroda esa campaña de publicidad que se ha hecho/le han hecho con lo de que querían los populares ficharlo pero no pero sí, con los consiguientes dimes y diretes y declaraciones (publicidad) sobre él posteriores.

Los socialistas, también están callejeros. El domingo pasado, por ejemplo, ahí estaban, Ruiz Espejo, Francisco Conejo, Rafael Granados, José Carlos Durán, etc. repartiendo rojos globos por el paseo marítimo de Huelin. La verdad es que había más ´repartegloblos´ que ´cazaglobos´. Los vi desde mi automóvil y quise aprovechar un semáforo para hacerles una foto, pero me distrajo una muchacha que pasaba por el paso de cebra. Luego cuando aparqué quise ir a por un globo, no está la vida para desperdiciar globos y el logo del partido siempre se puede borrar, pero es que me daba el viento de proa y no de popa y me arrastró a Casa Juan, donde dan una sopa de marisco y unos boquerones que si nuestros próceres se los tomaran les darían ganas no ya de conquistar a un votante, ganas de invadir Letonia mismo.

Los populares por su parte no parecen haber arrancado del todo aún, no se han echado mucho a la calle, están más como de actitos. En uno de ellos, una conferencia de Miguel Ángel Ruiz, conferencia multitudinaria sobre por qué regresa a la política (no sabíamos que tal asunto pudiera despertar tanta curiosidad o lo mismo es que tiene mucha familia) se fijó la foto del antibendodismo. De la Torre, Oña y el propio Ruiz. Fotón. Que divulgaron ampliamente en redes. Oña y De la Torre están ya algo bregaditos para tal tarea, pero los informantes de uno afirman que Ruiz (fotos con Casado guardadas como plata en paño) no le haría ascos a presidir en un futuro el partido. Chica batalla.