Las ventanas se suelen utilizar para dar luz, para dejar entrar aire fresco en las habitaciones o los locales, aunque en el baloncesto se hayan utilizado para todo lo contrario. Se han cerrado a los mejores jugadores y con ello la luz se ha apagado en muchos pabellones. España ha salido indemne de este experimento, es más, muchos sacan pecho sobre las bondades del sistema que ha permitido hacer debutar a 19 jugadores con la selección y que nos ha llevado al Mundial de China. Me gustaría saber qué valoración se haría de la situación si España hubiera perdido ante Letonia en Madrid, perdíamos a falta de 12 segundos y solo una canasta salvadora de Quino Colom nos dio el triunfo, o si hubiéramos perdido ante Ucrania en Tenerife. Ellos tuvieron un triple para ganar el partido y ahora tendríamos que ir a Letonia a jugarnos nuestra clasificación para el Mundial. Scariolo y los jugadores han hecho un trabajo descomunal, muy por encima de lo que se esperaba de ellos, y a ellos solo les debemos una gratitud inmensa por su trabajo, su ilusión y sus resultados, pero ni las Federaciones, ni la Euroliga, ni ninguno de los hombres y mujeres que lideran el baloncesto mundial en los despachos ha estado a la altura.

El baloncesto tenía un calendario perfecto. Una gran competición cada verano, a finales de agosto o septiembre, que permitía a los jugadores tener vacaciones entre el final de sus competiciones y las concentraciones con la selección y un foco de atracción permanente cada final de verano que servía de impulso para el inicio de cada temporada. Y justo cuando el fútbol buscaba crear una competición para llenar el único verano que tenía libre, el baloncesto decidía imitar al fútbol y dejar un verano sin baloncesto. Además, la nueva Euroliga y la falta de entendimiento entre clubes y federaciones han llenado el calendario de partidos que en muchos casos son intrascendentes pero que sobrecargan a los jugadores y castigan el bolsillo del aficionado.

La creación de una multitud de competiciones que ni los más apasionados reconocen, tampoco ayuda. El esperpento lo vivimos hace unos días cuando a la misma hora y en el mismo país se jugaba un Turquía - España en las ventanas y el Darussafaka - Gran Canaria en la Euroliga. O se ponen de acuerdo y hacen un baloncesto razonable y habitable para todos o se lo cargarán. O hacen una gestión eficaz del buen baloncesto europeo y mundial o la NBA se quedará con todo. Y con la NBA se compite con calidad no con cantidad. Es mejor menos partidos jugados por los buenos que muchos partidos sin interés creados solo con el objetivo de llenar el ego y los bolsillos de unos pocos, en contra el interés de todos los demás. Es tan difícil de entender que cuando se suman esfuerzos se multiplican los resultados.

Las ventanas se cierran bien para España, pero dejan víctimas. La Eslovenia de Doncic y el México de Ayón se despiden del Mundial y (casi) de los JJOO. Croacia lo tiene muy difícil para meterse y Serbia o Rusia se la jugarán hasta el final. Esta vez hemos tenido suerte€ la próxima vez igual no tenemos tanta€ Analicemos lo ocurrido este año fríamente y alejándonos de los resultados. No dejemos que un éxito momentáneo nos confunda en el diagnóstico.