Sevilla acogió la primera MiniCopa de la ACB en 2004. Aquella competición es recordada como la presentación en sociedad de Ricky Rubio, entonces todavía Ricard. De aquella edición 5 jugadores llegaron a la ACB y sólo 1 permanece, el base del Guipúzcoa, Dani Pérez. Dani ha sido internacional en todas las categorías como suplente de Ricky o como titular cuando el jugador de los Jazz dio el salto a la absoluta. El 20 de agosto de 2006 estaba en Linares, en la final del Europeo cadete de Linares. Saliendo desde el banquillo fue el tercer máximo anotador del partido con 11 puntos, superado por los 12 de Julio Sosa y por los 51, acompañados de 24 rebotes y 12 asistencias, de Ricky Rubio. Logró el oro y fue testigo de una de las grandes canastas del baloncesto español. La que sirvió para empatar el partido a 87 y mandar el partido a la prórroga. «Yo sinceramente ya estaba medio llorando pensando en cómo se nos había podido escapar el Oro en nuestro campeonato cuando pasó aquello», recordaba en una entrevista a Marca. Faltaba 1 segundo, España perdía por 3 y Ricky anotó desde el centro del campo.

Dani, graduado en Administración y dirección de empresas (ADE), no lo ha tenido fácil para llegar a la élite. Hasta 2013 nadie le dio la oportunidad, «los clubs no confían en los jugadores de aquí, incluso en la cantera prefieren contar con jugadores de fuera de España».

Le fichó el Fuenlabrada como suplente del malagueño Carlos Cabezas. Dos temporadas después tuvo que volver a la LEB. Este año el Guipúzcoa le ha vuelto a dar la oportunidad y la está aprovechando con un gran inicio de temporada. Rápido y anotador puede ser un dolor de cabeza para la defensa cajista que sufre mucho ante los bases contrarios, sobre todo desde la lesión de Alberto Díaz.

Y es que con el canterano cajista en pista sólo Campazzo había conseguido destacar en la cancha. Sin él: Renfroe, McCalebb, Fitipaldo, Cvetkovic, Rafa Luz, Kloof y a pesar de la vuelta de Alberto, Heurtel y Huertas han liderado a sus equipos jornada tras jornada. Un agujero que habrá que tapar para un enero que viene calentito con los partidos de ACB y Eurocup.

El Guipúzcoa se mirará en el espejo del Burgos para lograr vencer al equipo malagueño, y seguramente Dani recordará aquel libro que el entrenador Jota Cuspinera les leía todas las noches antes de acostarse en aquel europeo U16 de Linares: «La Buena Suerte». Un libro con historias repletas de moralejas que les hacían pensar y mantenerse motivados para cada partido. Un libro que explicaba cómo atraer la energía positiva a tu vida y hacerte pensar que se podía ganar a cualquiera. Lo que podía parecer un partido de tramite entre uno de los favoritos y el colista se ha convertido en un partido vital para ambos. El equipo vasco necesita sumar victorias como sus rivales y el Unicaja de los primeros tres puestos y necesita sumar energía positiva de cara a los partidos del «Grupo de la Muerte» de la Eurocup. Suerte.