A ver si lo he entendido: en el espacio no hay roce, erosión de fuera a dentro, y por eso el asteroide Última Thule ha mantenido esa forma. Los grandes objetos redondos del cosmos son fruto de su propia gravitación, de dentro a fuera, y ésta es función de su masa. Bien, quizás lo haya entendido mal, pero así el misterio de la forma de Ultima Thule será para mi aún más secreto. En cuanto a los humanos, ¿somos modelados de fuera a dentro o de dentro a fuera? En este caso será un equilibrio, una interacción, un juego de fuerzas, y algo tendrá que ver ahí la voluntad. La tentación de ser un asteroide con su forma propia es grande. Es verdad que su pequeño tamaño lo hace casi irrelevante, y encima Ultima Thule está sujeto a una órbita fija, por lo que tampoco es libre. Pero, ¿no es envidiable mantener la forma propia de uno sin estar sometido al azar de andar suelto por el espacio?