Carta al pueblo soberano de Torremolinos

Han pasado las fiestas navideñas, incluida Reyes, y la situación de unos cincuenta pacientes con distintas disfunciones funcionales es la misma que hace más de un año, y lo más sangrante y grave es que entre este medio centenar más del 20% son niños y niños con alteraciones tanto neurológicas como psíquicas (parálisis cerebrales, autismo, síndromes de enfermedades raras, que alteran su pequeñito esqueleto, cerebro y por tanto su funcionalidad psíquica/motora).

Pues bien, y,o que soy un adulto también con alteraciones motoras por un infarto cerebral, este año he pedido encarecidamente, primero, a los políticos de mi pueblo, Torremolinos, que solucionaran, porque en sus manos está, el grave problema que estamos padeciendo los enfermos, tanto niños como adultos, por la pésima gestión que el equipo de gobierno del Patronato Municipal de Deportes. Allí podríamos mejorar nuestra calidad de vida mediante sesiones de rehabilitación tanto en piscina como en el gimnasio, impartidas por profesionales de muchísima profesionalidad y experiencia en lo nuestro, fisioterapeutas y sobre todo personal donde brillan su vocación y humanidad a prueba de bomba; y ello a pesar de la poca o ninguna consideración y reconocimiento que se les trasmite desde el equipo de gobierno, donde se han dicho palabras tan despectivas como «que se dedican a dar masajitos» o lo más cruel: «En el Patronato no existen pacientes»; es solo para que la gente sana haga deporte (Pleno ordinario en Ayuntamiento fecha 29 de noviembre 2018) .

Como decía anteriormente, los políticos y su alcalde a la cabeza nos están ignorando y abandonándonos a nuestra situación, sin apenas unas palabras de aliento y esperanza. Yo entonces pensé: «¿Y si yo les escribiera a los Reyes Magos pidiéndoles que nos ayuden en esta encrucijada?». Luego no lo hice, pero en mi pensamiento lo tuve. Pensé que debía pedir a los Reyes por ellos los políticos, para que fueran más considerados y humanos con los más indefensos, los niños enfermos y los adultos más débiles y frágiles, los ancianos y enfermos. Y entonces comprendí que esto es una quimera, una utopía: en los tiempos que vivimos donde predomina la incompetencia, la prepotencia, y la soberbia de personas que mal nos gobiernan y que la carta la echaría con un sobre con mi voto. El pueblo soberano será quien solucione y atienda a nuestras peticiones de salud y calidad de vida, carencias y privaciones todas, de nuestra dependencia.

Francisco A. Reina Pérez. Torremolinos