¿Es la práctica deportiva un potenciador del aprendizaje y desarrollo moral? ¿Influye la práctica deportiva en la construcción del carácter y la personalidad de un niño en edad temprana?

Toda práctica deportiva debe ir acompañada de recreación, orientación, afianzamiento y si se desea, de competición. Sin ilusión y diversión en la práctica deportiva, será difícil encontrar acciones que fomenten bienestar y aprendizaje en los niños.

Un hábito es el resultado de una acción que repites frecuentemente de manera inconsciente. Podemos llamar hábitos a apagar las luces al salir de casa, lavarnos los dientes antes de dormir o ponernos el cinturón de seguridad en el coche. Ciertas acciones casi automáticas, que no necesitamos fuerza de voluntad porque las realizamos sin esfuerzo.

Si, por el contrario, ir antes del trabajo al gimnasio, estirar antes de entrenar, revisar los mails cada mañana o cualquier actividad que queramos repetir a diario, nos cuesta trabajo y necesitamos sentirnos motivados y trabajar nuestra fuerza de voluntad, es porque aún no se ha convertido en un hábito.

Los deportistas deben incorporar con normalidad el fallo, deben habituarse a seguir con intensidad y concentración tras el error, deben esforzarse al principio y durante un tiempo, ser constantes y luchar por el objetivo de encontrar la normalidad ante el error, solucionar o seguir buscando soluciones, pero no frustrarse y parar de entrenar, enfadarse o llorar.

Para la formación psicológica de hábitos necesitamos un recordatorio y una recompensa a la rutina. Por ejemplo, estirar de manera consciente y adecuada previene la aparición de lesiones. El beneficio a corto plazo sería evitar la fatiga, favorecer la recuperación muscular y la relajación mental, y a largo plazo, evitar la aparición de lesiones.

Los hábitos definen nuestro estilo de vida y ayudan a construir el futuro que aspiramos. Con la práctica deportiva y conocimientos sobre aprendizaje, podemos favorecer a la creación de hábitos saludables y adecuados de cara al futuro deportivo y personal de los deportistas.

Que los jóvenes sean conscientes de su fuerza de voluntad y su capacidad para llevarla a cabo, que les den importancia a hábitos saludables como la higiene, el estiramiento o la intensidad deportiva, que sean responsables de manera habitual con sus estudios, el orden de sus cosas y el cumplimiento de sus prioridades con la familia, amigos, etc, hará que tanto el desarrollo deportivo como el personal, evolucione de forma ordenada, con altibajos como es normal, pero con responsabilidad y capacidad de ir solucionando las dificultades de la vida.

¿Cuáles son los hábitos que debemos tener en cuenta desde que son pequeños? Es fundamental que vayan adquiriendo responsabilidad y autonomía a la hora de preparar la bolsa y todo lo necesario para el entrenamiento, sin olvidarse del agua, algo de comida por si les entra hambre y alguna muda de más. Lo mismo con el colegio y para ello la agenda escolar resulta fundamental.

Para socializar y superar la vergüenza de la comparativa y normalizar el vestuario es importante que aprendan a ducharse siempre tras acabar la práctica deportiva. A ser posible en el pabellón, y si no fuera posible, un cambio de ropa completo para no irse sudado y enfriarse.

En casa desde pequeños deben hacerse cargo de su higiene y el orden de su cuarto, cumpliendo los hábitos de cepillarse los dientes, dejar la ropa sucia en su sitio, ordenar el cuarto después de estudiar por ejemplo y tareas de este tipo que repitan cada día.

Además debemos premiar en el entrenamiento y en casa acciones que sean para los demás para que el ayudar y ponerse en el lugar del otro sea otro hábito.

Habituarse a comunicar y expresar las emociones debería ser algo prioritario. Tener miedo a la frustración, abusar de la ira o no expresar la tristeza son problemas que nos encontramos a diario. Los niños desde pequeños deben conocerse y tener capacidad para ir conociendo a sus iguales, expresar lo que sienten y aprender de las emociones y las experiencias. Solo así irán educándose en inteligencia emocional y podrán ir encontrando equilibrios entre pensamientos, emociones y acciones.

La costumbre es lo que confirma la manera de ser.