El próximo 25 de mayo este periódico cumple 20 años; su nacimiento se produjo en tiempos de profundos cambios en España: la moneda única europea (euro), el proceso de paz en Euskadi, las elecciones europeas, autonómicas y municipales, etc. En junio de 1999 Celia Villalobos (PP) ganaba las elecciones municipales en Málaga, y lo hacía en los 11 distritos de la capital. La gran sorpresa en la provincia fue la victoria del GIL en Ronda, donde se presentaba por primera vez, partido que revalidó su tercera mayoría absoluta en Marbella y la perdía en Estepona. El PSOE ganaba en Antequera con una holgada mayoría y en Vélez Málaga era la primera fuerza.

Desde que acudiera por primera vez a la cita informativa con los malagueños, a La Opinión de Málaga le ha tocado vivir también el cambio de siglo, la revolución digital, los recortes de medios y de personal... y, a pesar de la trascendencia de estos acontecimientos, cuando parecía que había llegado el fin de los periódicos locales en papel, afortunadamente La Opinión de Málaga ha sido capaz sobrevivir y adaptarse a los nuevos tiempos con su edición digital. Históricamente siempre ha habido inventos (la radio, la televisión) que han revolucionado la comunicación y no obstante la prensa de papel continua viva.

Apenas nacida, cuando aún resonaba el estruendo de la sentencia de los GAL (1998), La Opinión de Málaga afronta la desaparición de Rocío Wanninkhof (octubre de 1999) y la primera gran causa judicial de Jesús Gil (Caso Camisetas), cuyo juicio se celebra los meses de junio y julio de 2000 en la Audiencia Provincial de Málaga; luego siguió el juicio de Dolores Vázquez (2001) y el del Caso Jinete (Gil) en 2002.

En noviembre de 2005 se desencadenó la conocida como 'Operación Ballena Blanca', que afectaba a abogados y notarios de Marbella y que policial e informativamente se describió con el mayor caso de blanqueo de capitales Europa; en marzo de 2006 estalla la Operación Malaya, en torno al Ayuntamiento de Marbella, que tras una larga instrucción inicia las sesiones de juicio oral en septiembre de 2010 con 95 personas en el banquillo de los acusados. La Operación Astapa, relacionada con el Ayuntamiento de Estepona, había saltado en junio de 2008. Y en el día de Andalucía de febrero de 2009, la portada de La Opinión de Málaga informaba sobre la detención del alcalde de Alcaucín, en lo que era el inicio de la Operación Arcos.

Málaga se había convertido en el epicentro de los casos de corrupción política más mediáticos de España, sobre los que informaban ampliamente los medios locales, que luego se transformaban, llegado el momento del juicio, en macroprocesos de amplia repercusión en todos los medios de comunicación nacionales. Los efectos de la crisis económica en nuestra ciudad y provincia, en particular, de cómo trascendía a los juzgados y tribunales (despidos, cierres empresariales, desahucios, clausulas suelo), han sido ampliamente recogidos en las páginas del periódico.

Es el 'periodismo de tribunales', en el que este periódico ha tenido siempre un papel informativo relevante, desarrollado por excelentes profesionales. Creo de justicia mencionar en este aniversario, en nombre de todos ellos, a Antonio García, redactor de La Opinión de Málaga en Marbella, que ejerció un periodismo riguroso, crítico y comprometido con la defensa de la democracia en un entorno hostil y hasta peligroso.

Aun en medio del mundo global, un periódico local como La Opinión de Málaga sigue siendo necesario para garantizar el derecho a la información plural de los malagueños, a cuya satisfacción concurre cada día junto con sus vecinos Sur y Málaga Hoy.

El periodismo de calidad y los medios locales (periódicos, radios, televisiones...), tienen su hueco en nuestro 'ecosistema informativo', y representan, sin duda, la mejor de las garantías del pluralismo y del derecho de los malagueños a estar informados debidamente de todo cuanto acontece en nuestro entorno más próximo, medios locales que desempeñan una valiosa función de servicio público, ayudan a detectar problemas en nuestros espacios de convivencia (barrios, distritos) y son tribuna y altavoz de la sociedad civil, de sus representantes y de los ciudadanos en general.

La Opinión de Málaga contribuye a la formación de la opinión de los malagueños de la mejor forma posible: dando a conocer lo que sucede en nuestra realidad más próxima mediante una información veraz, denunciando hechos, generando opinión social, fomentando la capacidad crítica de sus lectores, aportando perspectivas diversas en sus análisis, reforzando nuestra identidad, haciendo de tablón de anuncios de todo tipo de eventos, favoreciendo la difusión de nuestra cultura y organizando y promoviendo debates sobre temas la actualidad y de interés general.

Por todo ello concluyo estas líneas expresando mi reconocimiento y felicitación a todas las personas que hacen posible que mañana, y cada nueva mañana, este periódico esté en los quioscos y en internet.

*José Carlos Aguilera Escobar es abogado