No se qué dirán en sus análisis los think-tank en activo, pero a estas alturas de la película-Trump da la impresión de que, aunque la paz no sea lo suyo, tampoco lo es la guerra. Lo que le hemos visto hacer con su amenaza nº 1 (Corea del Norte) es una mezcla de grandes muecas, amenazas nada veladas (o sea, baladronadas) y movimientos militares que al final quedan en nada, aunque logran al menos desconcertar al enemigo. Ante su 2ª supuesta gran amenaza (Irán) parece estar haciendo algo semejante. Quizá sepa que lo único que puede impedirle lograr un nuevo mandato son las imágenes de féretros de norteamericanos descendidos de un avión, o sea, de una guerra de verdad, y por eso mismo se habrá retirado de la de Siria, dejando el país para los rusos. El peligro llegará cuando los adversarios le acaben tomando la medida, y tenga que dar un paso más para que no le pierdan el respeto.