Cada cierto tiempo los medios de comunicación nos informan de «nuevas drogas», como en su día sucedió con la ketamina, un potente anestésico usado en el ámbito veterinario y que en la actualidad se consume como un sustituto de la cocaína, más barato pero con mayor riesgo de mortalidad, lo que a su vez lo hace más atractivo para los jóvenes y adolescentes. ¿Qué es lo que está sucediendo para que cada vez existan más variedad de drogas y por lo tanto más personas consumidoras de las mismas? Cada droga está asociada a un estilo de vida, y este determinado estilo de vida implica una serie de comportamientos como son la música que se escucha, los festivales de música a los que se acude, la ropa que se lleva...; todo un entramado fomentado por sectores del mercado interesados en que esos estilos de vida se promocionen. Así, la relación entre consumo de drogas y música radica en esa necesidad de convertirse en héroes. El público ansía vivir a través de sus ídolos musicales lo que ellos mismos no se atreven a experimentar por sí mismos, y mientras los músicos se debaten entre sus inseguridades y los negocios de la industria. El escritor británico Harry Shapiro en su libro «Historias del rock y las drogas. La influencia de las drogas en la música popular desde el jazz hasta el hip-pop» sostiene una tesis dura y realista del fenómeno de las drogas. En la introducción dice que «la mayor parte de los problemas sociales y políticos de la actualidad -los derechos de los homosexuales, el lugar de la mujer en la sociedad, etc...- han sido tratados con rigor en los medios de comunicación. Sin embargo, la polémica sobre las drogas continúa siendo tratada de manera propagandística pese a estar presente en todos los programas políticos. Cualquier intento de hacerlo en términos serios acaba poniéndose bajo sospecha, cuando no se la considera una muestra de pusilanimidad o permisividad. La prensa mantiene su control sobre el suministro de la información que consume el público». Si se quiere tener una comprensión certera y en profundidad de la influencia de las drogas en la música popular, y como fenómeno sociocultural, este es el estudio más pormenorizado que conozco. Mientras, no dejemos que las meras noticias de futuras drogas sean consumidas sin más en el próximo boletín informativo.