La sentencia política se ha consumado; política y mediática. En el relato hecho por el Tribunal impera la instrucción dictada por la juez Alaya y por la fiscalía, con carga política y exenta de hechos comprobados. Y todo ello alimentado por los medios informativos que abrevan en la derecha, que retozan y jalean por una sentencia tremendamente dura en la que no hay prueba de cargo, sólo indicios. En la sentencia de los ERE José Antonio Griñán puede terminar en la cárcel sin pruebas evidentes. La última palabra la tendrá el Supremo, pero nadie, nadie podrá restituir su honor y su sufrimiento en estos largos años, vapuleado, maltratado y humillado hasta lo indecible. Ha habido periodistas que se han cebado hasta lo indecible con él, ayer mismo en una tertulia de radio donde berreaba un periodista de engolada voz. Y lo dicho para Griñán vale para Manuel Chaves, aunque su sentencia sea sólo de inhabilitación (9 años).

La sentencia señala que se instauró un "sistema fraudulento" y de "palmaria ilegalidad" para gestionar 680 millones de euros (el PP reiteraba que eran mil millones) para ayudas socio laborales con "descontrol absoluto". No es cierto. De estas ayudas, el 90 % están dadas conforme a ley y han beneficiado a cerca de 7.000 trabajadores, prejubilados de empresas en crisis. Queda un 10 % donde hubo intrusos, malnacidos y sinvergüenzas sobre los que debe caer todo el peso de la ley, una vez se comprueben los hechos. El fraude de los ERE es de poco más de 12 millones de euros. El PP insiste en su consabida tesis de que ha sido el mayor saqueo de la historia de España y es mentira. De los 680 millones hay, cierto, unos 12 millones que han ido a manos de intrusos y 66 a subcomisiones (mediadoras y empresas aseguradoras, unas 75) y también para ayudas directas a empresas en crisis e instituciones. Pero el montante mayor, 525 millones de euros, fueron a rentas y cuotas de la Seguridad Social para cerca de los 6.000 trabajadores prejubilados de empresas que habían tramitado un ERE, caso de Delphi, Astilleros, Santana Motor, etc.

Tengo escrito desde hace mucho tiempo y reiterado en numerosas ocasiones mi conocida amistad y admiración por estas dos personas y la ingente labor transformadora de Andalucía llevada a cabo desde la presidencia de la Junta, con equipos solventes y teniendo detrás un partido que, salvo, en una ocasión con Javier Arenas (PP), gana una elección tras otra recibiendo el apoyo y calor del pueblo andaluz. La honrada y honorable trayectoria de Chaves y Griñán ("Pierde el honor los que roban, no quienes se equivocan ", dixit Avendaño). El honor de ambos no está en almoneda por una sentencia política en la que el Tribunal no tuvo en cuenta ni una sola de las tesis sustentadas por las diferentes defensas de los acusados y dejaron sin valor alguno el demostrado hecho de que era el Parlamento andaluz quien aprobaba año tras año la Ley de Presupuestos donde se incluía la forma y manera de librar transferencias para responder a las necesidades de empresas en crisis o que cerraban, dejando a miles de trabajadores a la intemperie y con el culo al aire, para que se me entienda. Sistema que es utilizado en otras autonomías sin que pase nada.

Y tengo escrito que por ellos pondría mi mano en el fuego, una y mil veces. Ahora, lo mantengo y con más ahínco. No admito, por conocerlos, y se me hace imposible admitir que ambos dos crearan una estructura mafiosa, un ámbito de delincuencia generalizada al máximo nivel y con "intención para permitir el pillaje". "Ha sido un proceso político y se confirma con una sentencia política" ha dicho uno de los acusados absuelto. Y lo que escribo y digo de Chaves y Griñán lo hago extensivo a Magdalena Álvarez, Gaspar Zarrías, Francisco Vallejo y A. Lozano, Carmen Martínez Aguayo por ser a los que conozco más directamente. No me creo que Griñán y Chaves hubieran delinquido durante tantos años, En la sentencia se justifica de malamente el porqué de la condena por prevaricación y malversación, pero no señala quien malversó, ni cuánto dinero se fue por las alcantarillas, ni quienes fueron los beneficiarios del dinero malversado. Si se lee el fallo con detenimiento da por sobrentendido que todos los condenados a prisión son responsables de haber malgastado los 680 millones de euros en su totalidad. Es de esperar que el Tribunal Supremo entre de lleno en esta y otras materias, no sentencie en base a intuiciones y supuestos sino que prevalezca la prueba de los hechos.

P.D.- (1) Javier Maroto, senador del PP por adicción y no por las urnas, se sale del tiesto a menudo, con una cara que espanta. Lo último, pedir la comparecencia de Sanchez y tres ministras en el Congreso. Maroto se la pisa.

(2) Ciudadanos no en la UVI, sino en el desguace. ¿Quién te ha visto y quién te ve? ¿Quiénes serán los últimos en coger la de Villadiego? En Andalucía suenan tambores de guerra y no lejanos.

(3) Susana Díaz, a la que todos los días periodistas de capilla le escriben el epitafio, dándole por amortizada, dio la cara en varias entrevistas, rompió el maldito silencio que de manera sorprendente ha mantenido el PSOE cuando hay sólidos argumentos para refutar la sentencia.

(4) Moreno Bonilla rompió aguas con la declaración institucional a los pocos minutos de conocerse la sentencia. Superar en velocidad a Usain Bolt es de medalla olímpica.