En política, mentir parece que tiene premio. Y si no que se lo digan a Boris Johnson que ha arrasado en Inglaterra. Los conservadores son dueños y amos de los destinos de Inglaterra y el Brexit su objetivo inmediato. En España, los conservadores parecen tenerlo más difícil. Habrá un gobierno de izquierdas pese a todos los intentos que tratan de impedirlo. Sánchez, aquejado de unas lógicas prisas quiere investidura ya. Tomar las manijas del Gobierno en los primeros días de enero es su objetivo inmediato. Cada día que pasa se enredan más las cosas, con ERC mareando la perdiz, con la derecha y su mantra permanente de que España se rompe y caerá en manos de los independentistas y, lo que le es más preocupante para Sánchez: la rebelión interna del PSOE con históricos socialistas que alertan de los peligros de negociar con ERC y la presión de algunos barones como Lambán y García Page que no quiere vaselina. Pero Sánchez tiene ganada la batalla e incluso la guerra. Habrá un gobierno de izquierdas y hasta puede que el 30 de enero sea investido. Page ha dado munición a la derecha.

La derecha y la ultraderecha seguirá, con feroz apoyo mediático, no le quedará más remedio que lamerse las heridas. El PP podría haberse abstenido, pero Casado prefiere anidar en la tensión y en la confrontación. La posición de esta derecha parece marcarla Cayetana Álvarez de Toledo que, en muchas cuestiones, supera a Vox y la ultraderecha y Casado tan campante. Bien es verdad que el líder de los conservadores españoles está en otra estrategia: devorar lo que queda de Ciudadanos y hacer casa común de la derecha con España Suma.

Peor es lo que sucede con Ciudadanos y su futura líder Arrimadas que, ahora, sin pudor, de manera cínica y sin que se le caiga la cara abogaba por un pacto de las derechas (PP y Cs) para con el PSOE investir a Sánchez y no caer en las manos de los independentistas. Cómo será su semejante memez que hasta la prensa de derechas y los voceros ultras le han dado en los morros. Hay que recodarle a Arrimadas que después de las elecciones de junio cuando Cs y Rivera estaban en la gloria podían haber sumado para alcanzar mayoría con el PSOE. El no es no de Rivera, secundado por su guardia pretoriana entre la que estaba la propia Arrimadas, llevó a Ciudadanos en las elecciones de noviembre a la inanidad, en pleno desguace y sintiendo en el cogote el aliento del PP dispuesto a acoger en su seno el resto del naufragio.

Ciudadanos de Andalucía tiene mucho que decir porque está en el Gobierno y porque Juan Marín quiere tener el status de Barón, con Arrimadas, pero con mando en plaza. Y aunque tienen dicho Marín y Moreno Bonilla que la crisis interna de Cs no afecta la gobernabilidad andaluza se alcanzan ya a ver ciertos temblores.

Y en Andalucía tenemos presupuesto. Gracias a Vox, todo hay que decirlo, que, a la chita callando, impone la ley del más fuerte. Tanto Moreno Bonilla como Marín se llenan la boca restregando que la cohesión del Gobierno es un hecho palpable. Y llevan razón. Las fisuras, si las hay, se quedan dentro del Palacio San Telmo, aunque a veces haya señales de humo con la dimisión o ceses de altos cargos. Y con los presupuestos, que dice Moreno ser los más sociales del mundo mundial, estamos de enhorabuena y sabrán por qué. Muy fácil. Moreno Bonilla prometió crear 600.000 puestos de trabajo y ahora con este presupuesto podrá cumplir la parte alícuota de crear empleo en el año 2020. Y podrá sacar de la UVI a la sanidad pública que el parlachín y verborréico consejero Jesús Aguirre ha llevado. El colapso sanitario es evidente. Cierre de centros de salud, menos camas, quirófanos en lista de espera y plantas de hospitales cerrados, con 7000 profesionales menos, operaciones canceladas, falta de especialistas y citas con más de un año de aplazamiento. Este presupuesto solucionará los problemas de la que fuera la joya de la corona, la sanidad pública. Intuyo, y no sé porque, que la sanidad privada se frota las manos. Los médicos anuncian movilizaciones y por algo será.

Otro frente que tiene abierto y que este presupuesto debería atender es la educación. José Imbroda tiene cancha por delante aunque su consejería lleve tiempo bloqueada, con cargos políticos pero escasa eficacia. La salida de su viceconsejera lo evidencia.

Y prestos estamos a que cada martes Elías Bendodo aparezca en pantalla, con sonrisa de oreja a oreja, enarbolando papeles y con cara de orgasmo. Es su sino. Darle caña al anterior Gobierno sacando a relucir sus miserias. La última ha sido apoteósica al descubrir unos papeles del año 1988 guardados en cajas fuertes, dijo, y en sobres lacrados. Nada de nada, armarios archivadores y carpetas al uso. Lo dicho, Bendodo de orgasmo en orgasmo.