Una llave contra el virus

¡Hola! ¿Qué tal va el confinamiento? No os preocupéis, yo no os voy a pedir que sonriáis, porque considero que las sonrisas sin ganas es una triste mueca. Tampoco os voy a escribir una poesía, porque pienso que en estos momentos resbalan. Quiero daros un truco para relajar esa presión del pecho. A mí me funciona, ¡oye! Y espero que a vosotros también. A ver: Yo me tiendo en la cama con la luz apagada y en silencio. Mentalmente ordeno varias veces a todos y cada uno de mis órganos que se relajen. Empiezo por el cuero cabelludo y voy bajando poco a poco hasta los dedos de mis pies. En muchas ocasiones no llego a los pies porque antes de llegar ya me dormí. En las ocasiones en que sí llego, noto un gran relajamiento en todo mi cuerpo. Entonces sigo esa postura siendo consciente de todo mi cuerpo y de esa paz. Esto, a la vez que desvías el foco de atención, es bueno porque aumenta la potencia del sistema inmunológico: las preocupaciones consumen mucha energía. También es bueno el ayuno porque esa energía que utiliza el cuerpo para digerir, al no utilizarlas, se enfocan en otros órganos que están más necesitados. Bueno, yo hago esto porque algún día lo leí por ahí. Espero que os sirva de ayuda. Recibid todo mi apoyo. Y el consejo de que salgáis lo menos posible de casa, porfa.

Venancio Rodríguez SanzMálaga