180 GRADOS

Martin Joe Laurello, conocido artísticamente con el nombre de Human Owl, tenía la rareza biológica de girar la cabeza ciento ochenta grados. Trabajó para los circos más importantes de la época, el Ringling y, el Barnum. Hoy lo pongo en negro sobre blanco, pues veo en su figura una metáfora de lo que será nuestra entrada a «la nueva normalidad». Sólo que con un matiz a destacar. Será nuestro cuerpo el que adquiera la rareza de girar independientemente de la cabeza. Como añorando viejos movimientos. La cabeza, no. La cabeza ya asimiló hace tiempo que no hay senderos que se bifurcan, que todo es línea recta. Y esto, no tiene nada que ver con lo que sucede, pero si, con lo que dejó de suceder. Martín Joe Laurello, hoy, no tendría la capacidad, la opción, de vislumbrar varios horizontes. No.

Francisco García Castro. Málaga