Hemos esperado pacientemente y con ilusión a que comenzara esta versión de fase final con la que se decidirá quién será el campeón de la ACB esta Liga. Ilusión porque, a priori, el formato tenía muy buena pinta. Los 12 equipos mejor clasificados jugando un torneo muy corto en el que perder un partido puede significar quedarte fuera de semifinales.

Todavía es pronto para sacar muchas conclusiones puesto que cada equipo ha disputado tan solo dos partidos. Pero la primera impresión viendo los partidos sin público es un tufillo a torneo de pretemporada que no mola mucho. A los muy frikis, como yo, nos llama la atención oír lo que se dice en la cancha y disfrutamos como niños igualmente.

Después, por desgracia, equipos que estaban haciendo una magnífica temporada acuden a la cita con bajas importantísimas ya que alguno de sus extranjeros se quedaron en su país y no regresaron. Hablamos en algunos casos de jugadores franquicia, aquellos que en teoría deben marcar la diferencia. Lógicamente este detalle tan importante les debilita en una competición donde se juega un partido cada dos días. Hay que tener en cuenta también que se puede cambiar la convocatoria para cada partido, detalle que favorece a los equipos Euroleague, que son los que disponen de plantillas más largas y caras. Todo esto provoca que me quede un poco chafado yo que pensaba que el formato podía igualar fuerzas y pensaba que no habría sorpresas divertidas. Hasta que llega el Burgos y la lía parda ganándole al Madrid.

Esa victoria le da una nueva dimensión a un grupo que parecía a priori muy cómodo para Madrid y Valencia. La victoria de Burgos hace que marquemos en el calendario el partido entre Burgos y Valencia. Y mucho más al partido que enfrentará a Valencia y Madrid. Puede pasar que Valencia le gane a Burgos y el Madrid a Valencia, clasificándose en un triple empate Madrid y Valencia. Pero ahora mismo Burgos ha apretado los culitos de Madrid y Valencia porque uno de los dos puede quedarse fuera de las semifinales, lo cual sería letal, pero buenísimo para el baloncesto.

En el otro grupo podemos destacar el buen estado de forma que presentan Baskonia y Unicaja. Nuestro equipo tiene una estructura distinta. Las incorporaciones de Bouteille, Simonovic y Mekel han cambiado al equipo. Sobre todo este último, que es de esos jugadores que hace mejores a sus compañeros (hasta Elegar parece otro...). El equipo es tan largo ahora que Ejim es el jugador descarte y Brizuela que era básico, ahora es un jugador más de rotación. Pero aún así no les dio para ganar al Barça, que supo aumentar su ritmo defensivo en la segunda parte y encontrar un momento de debilidad para romper el partido a su favor.

Baskonia se presenta muy fuerte. Han recuperado jugadores e Ivanonic ha hecho al equipo muy suyo. Juegan a un ritmo muy alto y con mucha energía y vienen dispuestos a dar la sorpresa y ser campeones. Ese es su objetivo. Da la impresión de que ese Unicaja-Baskonia del martes será un duelo precioso para buscar plaza en las semis.

Como digo, quien quiera ganar a Madrid y Barça debe jugar a un ritmo altísimo durante todo el partido. No vale descansar en ninguna fase del partido. Y estudiar cómo Burgos lo consiguió. Están siendo partidos de porcentajes no muy altos donde el ritmo defensivo, jugar corriendo, las pérdidas y el rebote de ataque se hacen más fundamentales para ganar de lo habitual. Quizás Unicaja, Baskonia y Valencia puedan sorprender cuando llegue el momento de la verdad a los dos máximos favoritos jugando a un partido puesto que ellos pueden aguantar ese pulso físico. Burgos ha abierto el camino. Estos dos favoritos, Madrid y Barça, tendrán la ventaja de llegar más frescos por esas convocatorias que se pueden hacer para cada partido, aunque después Pesic, por ejemplo, siempre juega con 10. Y quizás la derrota ante Burgos despierte al Madrid.

También se supone que cuando lleguen estos partidos los mejores darán su mejor versión jugando a mayor ritmo más tiempo por lo que esperemos que se vean buenos partidos en la cancha porque está en juego el título más importante de la temporada aunque la grada esté vacía y dé la impresión de que estén disputando un torneo de pretemporada veraniega.