Las autoridades de Madrid dijeron el lunes que hay que actuar cuanto antes pero anuncian que las medidas restrictivas para esa Comuniad se anunciarán hoy o mañana, tal vez el sábado. O sea, hay que dar tiempo a que la peña, madrileña, coja los bártulos y se largue si lo desea a Málaga, Alicante, Palma, Asturias, Galicia o donde sea. Para huir de un posible confinamiento. Y están en su derecho. Que no en su Comunidad. Faltaría más y de algo tienen que vivir las zonas turísticas. Cada cual puede ir donde quiera, como el virus. Pero todo esto, amagar y no dar, dar margen a la estampida es una muestra más de la incompetencia que nos azota, que padecemos. El virus no descansa en gran medida por lo mal que se ha hecho todo. Sobre todo desde que el poder lo tienen las autonomías. Madrid es un hazmerreir trágico y el país un cachondeo sometido a 17 inoperancias deseando que haya mando único para poner verde al mando único. Y Simón con el Calleja. Solo la docilidad del españolito, asumiendo paciente recortes de libertad y confinamientos y enmascarillándose, hace que la cosa no vaya a más. Ni test, ni el Cristo que lo fundó, ni pruebas, ni compra de vacunas, ni nadie que te atienda en los centros de salud y vengan anuncios de millones y millones para ridículas inversiones que distraigan la atención y que nadie sabe, los millones, de dónde van a salir. La más sensata y sensible parece Celia Villalobos, con eso lo digo todo. Bueno, voy a decir más.

-Oiga, está usted hoy de mal humor.

-Que va, celebro san Benévolo Mártir.

Como síntoma, lo del otro día en el Congreso. Se aprueba que el Gobierno no pueda disponer de los fondos remanentes de los Ayuntamientos. Me parece bien. Es dinero municipal. Pero qué lamentable esos diputados aplaudiendo. Aplaudiendo que una enorme fortuna no pueda ser destinada a gasto social en tiempo de emergencia.

Qué lamentable que los partidos no pueda acordar movilizar una cantidad ingente de millones que están ahí muertos de risa. Como si no nos hicieran falta. Ahí se quedarán. No faltarán alcaldes que hagan buen uso de ellos. Otros erigirán un monumento al perillán desconocido o dotarán al municipio de una cancha de lanzamiento de brócoli o de un Museo de Arte Voluble al Atardecer que no visitará nadie y cerrará por la tarde. Y en ese plan.