Cartas al director

El grave error de confinar a todo Madrid

Es un error, que lo será más si es que el desgobierno cierra la ciudad de cualquier forma, como estado de alarma hasta un decreto 155. Un error, que también lo sería confinar la totalidad de, entre otras, las siguientes ciudades por orden alfabético: Barcelona, Bilbao, Las Palmas, Málaga, Sevilla, Valencia o Zaragoza.

Desde hace varios meses la mayoría de los gobiernos de la UE están aplicando solo confinamientos parciales de una ciudad o una región, por haberse demostrado que, a dí de hoy, es la medida más eficaz o menos mala para combatir la segunda ola de la pandemia por el coronavirus y la grave situación económica. A mayor confinamiento, más paro, más ansiedad y más problemas psicológicos en los ciudadanos.

Pero claro, esos gobiernos toman esas decisiones para salvar la vida de los ciudadanos y para paliar su situación económica, mientras otros parecen estar más ocupados en ningunear a determinadas ciudades y/o comunidades autónomas por no estar gobernadas por las mismas siglas políticas que el gobierno del país.

Es una desfachatez la actitud de S. Illa, que ya engañó a los ciudadanos afirmando que las decisiones sanitarias las tomaban o se discutían con un «comité de expertos», lo cual resultó ser una gran mentira, una tosca falacia. Y, entre otras muchas, es una desfachatez que Iglesias a la cabeza de Podemos (apoyados en la sombra por los rancios socialistas de Sánchez) agiten a las masas para que protesten, en ocasiones asociado a vandalismos, contra la decisión del gobierno de la comunidad autónoma de Madrid de solo confinar determinadas zonas de la ciudad, como Vallecas, mientras que al mismo tiempo el resto del gobierno de pseudotrileros presiona para confinar todo Madrid. A eso se une el ninguneo al Jefe del Estado y el vergonzoso espectáculo de la inhabilitación de Torra, con sus bravuconadas, que son jaleadas por los separatas catalanes, mientras otros, como el Més que un club, se solidarizan con el muy honorable, que se consuela con una modesta pensión, mientras le traen y le llevan en un coche, todo ello pagado por los contribuyentes.

Juan Fernández Sánchez. Málaga