Imaginar que Francisco no sabe lo que hace cuando hoy dice una cosa y mañana otra es menospreciar la carrera de papa. La restricción mental consiste en decir algo y guardarse algo al expresar lo que se piensa, pero tiene variantes. Se imputa el dominio de esta técnica a los jesuitas, orden de Francisco. La propia elección del nombre (Francisco) es una finta de despiste emparentada con la reserva mental. Cabría pensar que ese jesuitismo de los jesuitas es un tópico, pero en el último año del cole con ellos fuimos instruidos de modo expreso en la técnica, aunque con poco provecho (espero). Bien, Francisco me parece un pastor formidable, opinión con el valor de no provenir de una oveja suya. Como no tiene las llaves, va abriendo puertas a empujoncitos, retirando la mano a tiempo para que los porteros de oficio no se la pillen. Y como Maradona o Messi es maestro en pillerías cara al gol.