Opinión | Miradas

Sandía sí, pero a precio razonable

Sandías y melones en un supermercado, las dos frutas del verano que más han subido.

Sandías y melones en un supermercado, las dos frutas del verano que más han subido. / ANTONIO AMORÓS

Es la protagonista indiscutible del verano 2022. Y no por sus propiedades, que también, sino por su precio. Con lo que pesa una buena sandía y nos la han puesto por las nubes. ¡Cómo para agarrarla! No hay quien pueda con ella. Los supermercados, los intermediarios, los intervinientes en las distintas transacciones, menos el productor, nos están jorobando el verano. Acabarán comiéndose sus propios productos. La sandía, que es agua, y muy indicada en dietas vale para todo: Mejora el sistema inmunológico, cicatriza las heridas, mejora la salud ósea y la salud cardiovascular, tiene efecto diurético y ayuda a perder grasa corporal. Es decir: ¡no engorda! El fantasma de cualquier otra fruta nos puede perseguir en invierno y en verano, pero la sandía, puramente estacional, no. Hay que hincarle el diente a la sandía como sea. Muchos consumidores están por la labor de castigar a las grandes superficies, no comprando ciertos alimentos que se han disparado o los han disparado ellos. Porque el pobre productor sigue recibiendo la migaja de unos pocos céntimos por lo que los supermercados cobran euros. El productor vende directamente la sandía a 0,70, mientras que en el súper nos la cobran a dos euros el kilo y más. Prohibitivo para unas economías cada vez más debilitadas. Yo, de los productores haría lo que ha hecho una familia de agricultores de Lebrija que han tomado la decisión de vender sus productos, entre ellos la sandía, en el campo. Es legal. Totalmente legal. Pueden vender hasta quince mil kilos de producto a precio razonable, sin perder dinero. Seríamos legión los que acudiríamos a comprar. Porque estamos hartos de la tiranía que ejercen las grandes superficies. Estoy a muerte con los agricultores españoles. No pueden más. Los precios que les ofrecen las grandes distribuidoras son insoportables por lo que muchos prefieren buscarse la vida. Sin los puñeteros intermediarios de por medio. Es una forma como otra cualquiera, legal y válida, de no perder dinero con la cosecha. En este caso de sandía, melones y otros productos de la huerta.

Para más regodeo nos vemos obligados a consumir productos llegados directamente de Marruecos, como si la tierra en España estuviera yerma. Fíjese en el etiquetado, por favor. Forma parte de la tiranía que ejercen los grandes. Me quedo con lo nuestro que defiendo a capa y espada, porque defender el sector supone defender los intereses de España. A ver cuando se enteran de que el agricultor tiene que ganar y no ir a pérdidas como hasta ahora.

Sandía, sí, pero española y a precio razonable.

Suscríbete para seguir leyendo