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Tenía pinta de que iba a acabar mal

Luis Enrique Martínez.

Luis Enrique Martínez. / Reuters

Francis Tomé

Francis Tomé

P ues como ya sabéis todos, el Mundial para España acabó con el despido de Luis Enrique. Bien es cierto que su contrato acababa tras el Mundial y que tenía que renovarlo para continuar en su puesto. O sea, que podíamos hablar sin equivocarnos de que ha acabado su contrato y que lo que ha pasado es que se ha dejado de contar con él. Pero la Federación Española de Fútbol ha corrido todo lo que ha podido para dejar claro que era una destitución, que no se contaba con él porque no han estado de acuerdo con su gestión y excesivo protagonismo en la competición de Qatar. Vamos, que los que parecían sus amigos, Luis Rubiales y Molina, le han dado la espalda en el momento más crítico en el cargo de seleccionador. Llama mucho la atención la dimisión de Molina después de firmar un informe en el que dicen que ponía verde a Luis Enrique.

Después de esa nube de incertidumbre que el entrenador asturiano siempre ha dejado con su continuidad, tenía pinta de que él mismo presentaría la dimisión si las cosas no salían como se esperaba. Así lo han hecho otros seleccionadores después de no cumplir las expectativas puestas en sus equipos. Sólo el alemán, Flick, ha sido ratificado en su cargo después del fracaso de Alemania en el Mundial. Es más, tampoco dijo que continuaría en el puesto si las cosas salían bien, como dejando entrever que lo mismo le apetecía más entrenar a un club. Pero, según parece, una vez consumado el fracaso sí que su idea era continuar siendo seleccionador.

Este deseo de continuar de Luis Enrique era muy difícil que se consumara. Cuando tú asumes todo el protagonismo y tanta polémica con todo lo que dices y haces, sabes que estás viviendo al filo de la navaja y que, a poco que pase algo, te puedes cortar.

Luis Enrique se enfrentó directamente a la prensa desde el primer día, ha sido polémica cada convocatoria que ha presentado, ha llamado a los jugadores que ha considerado sean titulares o no en sus equipos, los seguidores del Madrid lo odiaban porque no convocaba a sus jugadores (no sé a quién podría convocar si los mejores son extranjeros) y solo contaba con el apoyo de los aficionados del Barça por su pasado y porque convocaba a todos los jugadores que podía de aquel equipo, fueran titulares, suplentes o recién llegados al primer equipo. Su afán de protagonismo ha sido tan grande que hasta se lanzó a esto del Twitch, supongo que con el objetivo de blanquear su imagen y acercarse al aficionado más joven. Y ganar una pasta ya de paso. Esto último, cómo no, también ha sido muy criticado. Se ha dicho que estaba en su canal emitiendo en directo cuando se estaban jugando partidos del Mundial. Pero también es cierto que esas emisiones en directo del entrenador español han dado contenido para muchos programas de radio y televisión. Hasta algún listo de una cadena muy importante, que ahora ha desaparecido sin pedir perdón siquiera, pensando que la audiencia es tonta, ha manipulado esas declaraciones para dejar en el peor lugar posible a Luis Enrique.

La realidad es que si eres entrenador sabes que dependes de los resultados. Si eres un entrenador con una personalidad tan especial como Luis Enrique, dependes mucho más de que el balón entre donde sea, en la portería o en la canasta. Los resultados son los que han ido salvando al seleccionador todos estos años. El hecho de que la selección no juegue todas las semanas, que las clasificaciones para europeos y mundiales no suelen ser muy complicadas, el buen papel (sin deslumbrar) en la última Eurocopa y tener el total apoyo de sus amigos Rubiales y Molina le han ido salvando mientras se agrandaba su ego como también iba en aumento el montón de enemigos que le estaban esperando. Y cuando palmas contra Japón en un partido raro y quedas eliminada por Marruecos chutando dos veces a puerta, todos esos enemigos salen y van a por ti. Y es ese momento en el que necesitas el apoyo de tus amigos Rubiales y Molina que son los primeros, que te dan la espalda. Entonces ya no te queda nada, estás fuera con el único apoyo de tus jugadores por los que tanto has dado la cara, pero que ellos no harán lo mismo públicamente vaya a ser que se lo tomen en cuenta en la federación.

Que digo yo, metiéndome donde no me llaman, si eres millonario como es Luis Enrique, ¿qué necesidad tienes de acabar ninguneado así? ¿No sería mejor acabar el último partido y decir que dejas el cargo y te vas a casa con los tuyos?

El final de Luis Enrique es el principio de Luis de la Fuente. Volantazo de Rubiales que nombra seleccionador a un hombre que, para empezar, es totalmente diferente al asturiano. De la Fuente es más de estar en segundo plano y no montará polémica de ningún tipo. Esperemos que él consiga unir a todos los que Luis Enrique separó. Ahora, que no se le olvide que todo lo que haga no vale de nada si no va acompañado de que la pelotita entre…

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