MÁLAGA DE UN VISTAZO

Abril agua sutil

Sin perspectivas de lluvia, la sequía se agudiza en más de media España

Sin perspectivas de lluvia, la sequía se agudiza en más de media España / L. O.

Jordi Cánovas

Jordi Cánovas

Lo de abril aguas mil parece que no se ajusta a la realidad como durante tanto tiempo debió suceder para establecerse como dicho popular. Ahora sería más apropiado decir abril sequías mil, y en eso andamos, pero desde hace mucho, demasiado. Que no llueva no es culpa directa de nadie, nada nuevo bajo el insistente sol, la lluvia siempre ha sido una suerte de variable mágica en las sociedades y en la economía, y no importa cuánto se necesite o desde cuándo se le echa de menos o como estén de capacidad los embalses y pantanos, ni las canciones o bailes que se le dediquen. La lluvia caerá o no caerá sin contemplaciones; nada, con cuentagotas o desmesuradamente, sin que nadie pueda anticiparlo. Aunque las previsiones parece que no son buenas, y no tardarán en aplicarse medidas de corte de agua y similares para administrar la escasez.

La falta de suficiente agua choca con la recién propuesta de regadíos en Doñana. Y es que, si los políticos suelen ser irresponsables con sus declaraciones, intenciones y decisiones en su día a día, cuando estamos en época electoral no les cuesta llegar al disparate. No importa cuánta gente pueda parecer contenta con la propuesta, es algo que no debería alegrar a nadie. Primero porque difícilmente se llevará a cabo, ni el gobierno estatal, ni la UE, están por la labor de permitirlo y la propuesta hará aguas, dejando las cosas como están y añadiendo el enfado de todos aquellos que se ilusionaron con la idea. Y ese es un poco el objetivo, imagino, la política actual es una gestión de los sentimientos más que de los argumentos, y si no se puede contentar a los tuyos lo mejor es cabrearlos contra los otros.

Nunca llueve a gusto de todos, se dice, pero difícilmente ahora mismo le iría mal la lluvia a nadie, seguro que calmaría las aguas, aunque siempre hay aguafiestas.