Al azar

Que los críticos paguen entradas

El 80% de la producción literaria o audiovisual es basura. Y hablo como víctima de ello

Matías Vallés

Matías Vallés

El ochenta por ciento de la producción literaria o audiovisual es basura aunque esté prohibido decirlo, y hablo como víctima de pago de ambas calamidades. La civilización crió especialistas en distinguir el grano de la paja, pero el ochenta por ciento de la crítica audiovisual y sobre todo literaria es basura, hablo como víctima frecuente y practicante ocasional del oficio. Basta comparar el remanso de los corrales culturales por comparación con el fragor político, una rendición que deja inermes a los consumidores artísticos. He criticado con y sin entrada o libro gratis, la faceta de pago ofrece más libertad y sobre todo más ganas de ser implacable. Se necesita ser muy cínico, o un completo ignorante, para concluir que el trabajo se realiza con igual independencia en ambos casos. Solo hubo un Martin Amis, capaz de descuartizar a su maestro y amigo Saul Bellow cuando no daba la talla.

De ahí que el edén cultural se encabritara súbitamente, cuando Àngel Llácer insinuó que la crítica se pagara la entrada a su último espectáculo, como ocurre en el New York Times sin ir más lejos. De ahí que el responsable de la sección del diario estadounidense reciba apodos como «Carnicero de Broadway», premio desierto en los departamentos literarios y audiovisuales españoles. Es curioso que el montaje de la discordia sea ‘Los productores de Mel Brooks’, un dato que no solo demuestra la sumisión del teatro español a textos extranjeros, sino que narra la peripecia de un productor que desea que su espectáculo fracase. El vendaval de que los críticos y sus acompañantes pagaran, como si trabajaran para la guía Michelin, amainó pronto. Se mantendrán por fortuna los privilegios, porque el público literario y audiovisual no está preparado para una información descarnada sobre la calidad deprimente del producto que va a consumir pagando. También conviene disuadir a quienes presuponen que un analista de pago sería impermeable a la venalidad. La esterilidad crítica está arraigada genéticamente, hasta el punto de que sus expertos no percibirían la basura ni con un paso previo por taquilla.