Opinión | Viento fresco

Política Tinder

Sus señorías se están hartando de citar gente para las comisiones de investigación

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los Diputados, durante el debate sobre política exterior.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en el Congreso de los Diputados, durante el debate sobre política exterior. / José Luis Roca

En este país no eres nadie si no te citan para acudir a una comisión de investigación. Si quieres que un problema no se solucione, crea una comisión, nos dejó dicho Churchill, aunque algunos atribuyen dicha frase al conde de Romanones, multiministro, ricachón, voluble, listo y con una gran capacidad de adaptación y de maniobra política. De hecho, sería un buen presidente de comisión, de una comisión eterna, infinita, alargada. El PP crea una comisión en el Senado y el PSOE otra en el Congreso. El sistema bicameral era esto: cada uno atrincherado en una. Está por ver cuál tiene mejor cafetería. En cuanto a biblioteca, es mejor la del Senado, donde no sería extraño que estuvieran las obras completas de Churchill. Sin abrir.

Los populares y los socialistas se aprestan a citar gente y gente para que vayan a piar a las comisiones y salgan en el Telediario interrogados y pasando un mal rato. Cuando veo a un compareciente cuyo vaso opaco y del que da sorbitos entro en un estado de curiosidad malsana del que ya no me puedo sustraer. Otros beben de un vaso transparente en el que se ve que hay agua. Quizás mezclada con quina. A sus señorías les pagamos para que dialoguen y solucionen pero prefieren preguntar. Las citas para comparecer en una comisión las debería gestionar Tinder. Cualquier día nos vamos a encontrar a un diputado que va a citar en una comisión a su cantante favorita para darse el gusto de hablar con ella. Las comisiones no arreglan nada salvo el aburrimiento. Los periodistas acuden a ellas como braceros que van a recoger aceitunas tempranas, luego las ponen en los titulares pero son titulares con hueso, con declaraciones de políticos, mercancía abundante que copa espacio arrebatándoselo al periodismo de hechos, de investigación.

A esta hora hay una diputada en la cocina de su casa tomando un café y diciendo lánguidamente a su pareja: «Me han citado para una comisión». Pues yo tengo hora en la peluquería, le responde él atento a que la tostada no se queme mucho.

La pareja de Ayuso se comportó de manera reprobable y se forró y Koldo nos retrotrae a la corrupción más chusca y barriobajera. Cualquier ciudadano ha llegado a esa conclusión ya pero los partidos necesitan una comisión donde defender que el otro es peor. No eres nadie si no te citan a una comisión de investigación. En no pocas de ellas, la luz y los taquígrafos han pedido días de asuntos propios.