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La Catedral, por el tejado

Es crucial entender que esta construcción no es solo una tarea para las autoridades eclesiásticas o los organismos gubernamentales, sino que es un deber compartido por toda la comunidad malagueña

Proyecto del tejado para cubrir la Catedral de Málaga

Proyecto del tejado para cubrir la Catedral de Málaga / Marina Uno Arquitectos

La ciudad se ha vestido estos días con un aire de renovación y esperanza muy especial. El pasado viernes daba comienzo un ambicioso proyecto: la construcción del tejado de nuestra venerada Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación. Este hito, aunque técnico en su naturaleza, es mucho más que una mera rehabilitación y construcción arquitectónica; es un llamado a la acción, una invitación a todos los malagueños a unirse en un compromiso para preservar y embellecer nuestro patrimonio más preciado.

La Catedral de Málaga, con su imponente presencia que se alza sobre el corazón de la ciudad, ha sido testigo silencioso de siglos de historia, cultura y fe. Desde su construcción inicial en el siglo XVI hasta nuestros días, ha sido un faro de identidad y un símbolo de la grandeza de nuestra tierra. Sin embargo, como todas las estructuras antiguas, ha sufrido los estragos del tiempo y la naturaleza, requiriendo atención constante para mantener su esplendor.

La iniciativa de construir el tejado de la Catedral no solo es un acto de preservación física, sino también un recordatorio de nuestro compromiso con las generaciones futuras. Es un gesto de respeto hacia aquellos que nos precedieron, quienes con su esfuerzo y dedicación erigieron este monumento que hoy en día nos enorgullece e identifica a pesar de no estar acabado. Como ciudadanos de Málaga, tenemos la responsabilidad moral de asegurar que la Catedral permanezca como un legado duradero para las generaciones futuras.

Es crucial entender que esta construcción no es solo una tarea para las autoridades eclesiásticas o los organismos gubernamentales, sino que es un deber compartido por toda la comunidad malagueña. Cada uno de nosotros, desde el residente común hasta el empresario próspero, tiene un papel que desempeñar en la protección y preservación de nuestra Catedral. Ya sea a través de donaciones económicas o simplemente difundiendo la conciencia sobre la importancia de este proyecto.

la catedral, por el tejado

la catedral, por el tejado / Gonzalo León

Es imperativo también cambiar nuestra percepción de la Catedral y desterrar la idea de que está incompleta debido a la falta de su torre. Si bien es cierto que la ausencia de ésta ha sido motivo de burla, anécdota o curiosidad para algunos, debemos comprender que la grandeza de este monumento va más allá de su estructura. La esencia de la Catedral reside en su historia, en su significado espiritual y en su papel como centro de la comunidad. Y aun así, hay que acabarla.

Además, debemos recordar que la Catedral de Málaga no es la única en el mundo que ha enfrentado desafíos en su construcción. Muchas de las catedrales más icónicas de Europa, como la Catedral de Notre Dame en París o la Catedral de Colonia en Alemania, han pasado por períodos de construcción prolongados o interrumpidos. Sin embargo, estas catedrales han resistido la prueba del tiempo y se han convertido en símbolos de la perseverancia humana.

Por lo tanto, en lugar de lamentar lo que falta, debemos celebrar lo que ya tenemos y lo que está por llegar: una joya arquitectónica que sigue siendo el corazón palpitante de nuestra ciudad. La Catedral de Málaga, con su intrincada fachada renacentista y su impresionante interior barroco, es un monumento que merece nuestra admiración y cuidado constantes. Su belleza trasciende la imperfección de su desarrollo constructivo y nos recuerda la capacidad humana para crear obras maestras que perduren a través de los siglos a pesar de no culminarlas.

Al embarcarnos en este viaje hacia la construcción de la Catedral, debemos hacerlo con humildad, gratitud y determinación. Humildad para reconocer la magnitud de la tarea por delante, gratitud por la oportunidad de ser guardianes de un tesoro tan preciado y determinación para asegurar que nuestra Catedral brille con todo su esplendor una vez más.

Trabajos para levantar el tejado de la Catedral de Málaga

Ana I. Montañez

Lo que ahora comienza y vemos en todo lo alto con grúas y andamios, es un llamado a la acción para todos los malagueños. Es un recordatorio de nuestra responsabilidad colectiva de preservar y proteger nuestro patrimonio cultural para las generaciones venideras. Es hora de unirnos y trabajar juntos para asegurar que nuestra Catedral siga siendo un símbolo de orgullo y un faro de esperanza para todos los que la visitan. Con torre o sin ella, la grandeza de la Catedral de Málaga perdurará mientras nosotros, como ciudadanos comprometidos, nos esforcemos por mantener viva su llama eterna.

Para muchos es la gran casa de los católicos en Málaga. Pero para otros será el gran monumento que destaca frente a todos y al que siempre vienen a ver. Es nuestro gran faro. Creas o no en Dios, lo es. No hay otro. Y ahora es el momento de que reconozcamos su valor y la importancia de este gran proyecto que ahora se inicia.

242 años después, esta generación de malagueños verá cómo su Catedral por fin se acaba. Al menos en la fase más inicial. El tiempo dirá si algún día se plantea la construcción de la segunda torre. Y lo de manquita quede en el anecdotario y en una plaquita. Barcelona lo tuvo claro. Y ahí siguen. Nosotros caminamos por otras vías. Y de lo que se trata es de tener tejado. Y que no caiga agua y desaparezcan de los techos esas mallas protectoras. Pero como soñar es gratis, no cabe duda de que para muchos ciudadanos el futuro pasaría por verla concluida de verdad. Incluso con sus salas por construir. Y que exista una buena sacristía. Y las hornacinas se llenen. Y que el primer templo de nuestra Málaga se sitúe, poderosa, con sus dos torres concluidas.

Sea como fuere, hoy toca celebrar. Y animarnos a que contribuyamos a este gran proyecto -responsabilidad de todos los malagueños- que supone cuidad, atender y respetar a nuestra gran casa. La de todos. La Catedral de la Encarnación.

Viva Málaga.