Obras del tejado de la Catedral: una grúa a medida y un montacargas para subir material

Desde el diseño primigenio al inicio de la construcción del tejado de la Catedral de Málaga distan nada menos que casi 260 años. La solución que habría de atajar los históricos problemas de humedades y filtraciones se remonta a 1764, ideada por el arquitecto madrileño Ventura Rodríguez, y que no llegó a ejecutarse debido a la paralización de las obras en el templo en 1782.

Dos siglos después de que Ventura Rodríguez plasmase su idea sobre plano -un tejado a dos aguas junto a un sistema de evacuación de aguas- ésta se materializará, por fin, a través del proyecto de los arquitectos Juan Manuel Sánchez La Chica y Adolfo de la Torre Prieto.

Así, la veintena de bóvedas del templo quedarán protegidas bajo ese tejado y se liberarán de la capa de ladrillo, actualmente ajada y con profundas grietas y fragmentos caídos, por donde la lluvia se cuela.

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Esa «segunda piel» fue fruto de la malograda intervención de 2008, con una inversión de 1,69 millones de euros sufragados entre la Junta de Andalucía, el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Málaga.

Cambiar la cubierta cerámica por el tejado a dos aguas supondrá aligerar el peso en hasta 105 toneladas, tal y como señalan los arquitectos, ya que la segunda piel tiene un peso de 730 toneladas y el nuevo tejado proyectado, 626 toneladas.

Ahora, con dos años y medio de obras por delante y un presupuesto de 17 millones de euros, la Catedral de Málaga se encamina ya a la desaparición de sus cicatrices y el fin de lo que parecía un problema eterno, las filtraciones.

Grúa y montacargas

Con el contrato y el acta de inicio de obras firmados, se ha cumplido ya la primera semana de trabajos, centrados en los sondeos geotécnicos en el Postigo de los Abades que determinarán la ubicación idónea para instalar la grúa con la que se moverá el material en la azotea de la Catedral.

Según Juan Manuel Sánchez La Chica, esos resultados estarán la semana que viene, con los que se concretará si es necesario hacer también un sondeo arqueológico o no.

«Para ver cuál es la dimensión de las zapatas que sujeta la grúa y si esa zapata tiene que ir con una cimentación profunda, o si va a ir superficial, bueno, eso ya se verá con los resultados que nos dará el estudio geotécnico que nos tienen que venir a partir de la semana que viene», explica el arquitecto a este periódico, que indica que en esta primera fase están centrados en la elaboración del proyecto de la grúa y manteniendo reuniones con la empresas para la elección de los materiales, como la madera o la piedra.

Además de la grúa, añade Sánchez La Chica, se está estudiando la instalación de un montacargas para poder subir materiales y también al personal.

Una vez se culmine esa fase inicial, se retirará la parte superficial de la segunda piel y se empieza a preparar el espacio para la instalación del tejado.

«Primero se quita la capa superficial, de ladrillo, luego hay una impermeabilización que no se quita hasta que esté cubierto. Cuando se cubre se quita ya la última capa».

La previsión es que, por ahora, la visita a las cúpulas y al interior del templo no se verán afectadas aunque dependerá de la evolución de las obras.

Humedades

En cuanto al estado de las humedades, el arquitecto explica que aunque están por «muchos sitios» del templo; actualmente están bastante secas por lo que no hay demasiada presencia de agua.

Sánchez La Chica confiesa que son días de «mucho, mucho trabajo» aunque se siente «feliz» por ver cómo el proyecto arranca.

«Estoy con mucho trabajo encima porque estas cosas son muy complejas pero estoy muy concentrado y muy contento. Los arranques de obra de este tipo no son cualquier cosa», comparte el arquitecto Juan Manuel Sánchez La Chica.

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