Opinión | Zona Press

Un referente

Rudy ha sido un jugador diferente, de esos que salen poco. Y no lo digo solo por lo que hace en la cancha. También por cómo es fuera de la cancha

Rudy Fernández, durante un partido.

Rudy Fernández, durante un partido. / Real Madrid

Hace unos días Rudy Fernández anunció públicamente que esta era su última temporada. Esto es algo que ya podíamos imaginarnos después de leer su mensaje tras jugar esta temporada en Badalona. Esa fue su casa, el club donde se formó al más alto nivel y sus palabras demostraban que aquel día era el último partido que jugaba en el Olímpic, palacio donde el Joventut, el club que lo descubrió, disputa sus partidos.

Rudy ha sido un jugador diferente, de esos que salen poco. Y no lo digo solo por lo que hace en la cancha. También por cómo es fuera de la cancha. Es uno de esos jugadores con personalidad, que tienen opinión. Eso a veces hace que la gente te adore o te odie y ese ha sido un precio que él ha tenido que pagar por ser como es.

En la cancha ha sido diferencial. Un ganador impresionante. Tuve la suerte de tener contacto con él cuando era júnior. En esa etapa de su carrera era la leche. De esos jugadores que marcaban diferencia, que tú veías jugar y sabías que iba a triunfar. Y ya tenía una personalidad muy especial. Con él era fácil acertar cuando pensabas que ese chaval sería una estrella en la ACB.

Después él demostró que la ACB era incluso poco y pudo cruzar el charco y jugar en la NBA. Su carrera profesional en el Real Madrid y la selección española está marcada por los triunfos. Fue capaz incluso de ganar títulos con el Joventut junto a Ricky y dirigidos por Aíto García Reneses. Imposible olvidar sus partidos con la selección española en todos esos logros con la generación de oro. Sus partidos frente a Estados Unidos con todas las estrellas NBA en los JJOO eran memorables.

Estas últimas temporadas donde su rol en minutos de juego no era tan importante, ha seguido siendo un fijo para Scariolo, Laso o Mateo, sus entrenadores. Y no disponía de tantos minutos por sus problemas físicos, fundamentalmente problemas de espalda, que nunca le han dejado tener un rendimiento constante. Pero aun así, sólo tenías que leer o escuchar las declaraciones de sus compañeros de selección para saber qué era tener en el vestuario a Rudy.

Sin jugar muchos minutos, saliendo a la cancha en minutos puntuales pero de importancia, él era el líder de un equipo que todos sabemos lo que ha conseguido en estos últimos años. Nadie puede dudar de lo importante que fue para el Real Madrid, junto a Llull y el Chacho, en la Euroliga que ganó el equipo madrileño la temporada pasada. Rudy no disponía de tantos minutos pero fue determinante en los momentos de la verdad. Y es que, cuando a otros más jóvenes con un potencial brutal se les encoge el brazo, ahí estuvo él para tomar responsabilidad y asumir tiros importantes.

Mientras que su físico se lo permitió era un jugador con una capacidad brutal para atacar el aro o tirar de tres puntos. Cuando esas lesiones empezaron a mermarle, fue capaz de adaptarse a las circunstancias limitando esa capacidad para irse al aro y potenciando su tiro.

Pero en lo que Rudy siempre ha sido único es en su trabajo defensivo. No hay en Europa un jugador tan bueno en la defensa del hombre sin balón. Nadie. Por lo menos yo no lo he visto. Su capacidad para estar en línea de pase, para ayudar a sus compañeros era de clínic. Convirtió en un arte la defensa en el lado de ayuda por cómo era capaz de colocarse y tomar decisiones defensivas. Y esto es lo que le hará eterno y que nunca se retire porque debe ser obligatorio para todos los entrenadores, sobre todo los de cantera, estudiar sus movimientos defensivos con el hombre sin balón para enseñar a los jugadores más jóvenes. Pero también debe ser una obligación para los jugadores profesionales o que quieren ser profesionales estudiar a Rudy para aprender cómo se defiende sin balón y el lado de ayuda.

Como él mismo dijo en el anuncio de su despedida, le llegó el momento de pensar en otras cosas. Esperemos que alguna de ellas sea vinculada al baloncesto porque seguro que tiene muchas cosas por aportar. De hecho, hasta Scariolo lo tiene en sus pensamientos para la preparación del Preolímpico que debe disputar la selección española. Pero si no es así, si esas otras cosas ya no tienen nada que ver con el baloncesto, nos da igual porque jugadores como él no se retiran nunca por todo lo que nos ha dado, nos ha enseñado y nos enseñará a los que seguimos dedicándonos al básket.