Opinión | Historia de Marbella

La plaza de los carteles cumbres

Los festejos taurinos (capeas o novilladas con novillo de matar) eran imprescindibles en el siglo XIX y primeras décadas del XX

Marbella lleva desde 2015 sin toros.

Marbella lleva desde 2015 sin toros.

Desde el año 2015 la Tauromaquia se encuentra ausente del coso de Marbella. Se hizo la declaración de «ciudad no taurina». Pero la afición por los toros fue muy numerosa durante muchas décadas, de manera que los festejos taurinos (capeas o novilladas con novillo de matar) eran imprescindibles en el siglo XIX y primeras décadas del XX.

La plaza del Ayuntamiento (hoy de los Naranjos) se transformaba en plaza de toros, sin que fuese un ruedo sino un cuadrilátero, cortándose el acceso de las siete calles que allí desembocan. El público se situaba en los laterales del norte y del este. La actual plazuela de don Fernando Alcalá se usaba como corral de las reses y la fuente como abrevadero.

A comienzos del pasado siglo se construyó la primera plaza de toros de Marbella, una iniciativa del empresario don José Otal Ferrando, situada en la zona de levante de la Alameda, cerca del Fuerte de San Luis.

Avanzada la década de los veinte fue demolida en parte para levantar el Teatro Principal, también sala de proyección cinematográfica. En los años sucesivos se instalarían diversas plazas portátiles.

Habría que esperar a los años sesenta, cuando se estaba produciendo la eclosión turística de la ciudad, para que un grupo de inversores, aglutinados en torno al potentado Bastiano Berghese, impulsase la actual plaza de toros. Se cumplen sesenta años desde el momento de su inauguración, acontecimiento que tuvo lugar el día de San Bernabé, 11 de junio de 1964, con la celebración, a las seis de la tarde, de una extraordinaria corrida, con toros de la ganadería de don Antonio Martínez Elizondo.

El cartel estaba integrado por tres primeras figuras del momento: Pedro Martínez ‘Pedrés’, Paco Camino y Manuel Benítez ‘el Cordobés’. Las crónicas de la época destacaron especialmente la soberbia actuación de Manuel Benítez, quien indultó a uno de sus toros, denominado ‘Costurero’. La corrida fue retransmitida a través de Radio Marbella, emisora sindical, en la voz de Juan Carlos Reina Lozano.

‘El Cordobés’ había rodado en Marbella, en 1963, la película «Chantaje a un torero», dirigida por Rafael Gil. Pedrés se retiró de los ruedos en 1965. Los promotores habían logrado del Ayuntamiento la exclusiva para el término municipal, sin embargo, un par de años más tarde ya se encontraba redactado un nuevo proyecto para otro coso taurino en Nueva Andalucía, como parte del Plan Banús que incluía un puerto deportivo, un parque residencial de interés turístico (Andalucía la Nueva), una plaza de toros y un casino de juego.

Ante esta situación, el grupo inversor presentó las acciones judiciales oportunas para defender sus derechos y, en cualquier caso, recibir la correspondiente indemnización. Comenzó un proceso negociador con participación de los promotores, el Ayuntamiento y la empresa de Banús Masdeu. Se acordó que el Ayuntamiento pagaría la indemnización por el incumplimiento, pero realmente el dinero fue aportado por Banús.

De esta forma, desde 1968, Marbella iba a contar con dos plazas de toros. La de Nueva Andalucía dejó de ofrecer espectáculos taurinos con el final del siglo XX. La plaza de la carretera de Ojén, como sería conocida, fue uno de los escenarios del rodaje de la película «Cabriola», protagonizada por Marisol, el rejoneador Rafael Peralta y Pedro Mari Sánchez en 1965, con guion y dirección de Mel Ferrer. Los espectadores pudieron ver la capilla de la plaza y la cuadra, además del albero. Desde el primer momento se cuidó la programación y el coso sería conocido como «la plaza de los carteles cumbres».

En 1964 la plaza pertenecía a la sociedad formada por el matador Manolo Vázquez, el banderillero y empresario Andrés Gago, los matadores de toros y empresarios Carlos Corbacho y Pepe Luis Román. El empresario en el momento de la inauguración era Manuel Martínez Flamarique (don Manuel Chopera).

En 1996 el Ayuntamiento compró la plaza, momento en el que el empresario Andrés Acha se hace con la sociedad. Al no pagar el Ayuntamiento las letras de la compra, es Acha quien se queda con el coso y los terrenos colindantes durante los años 1997 y 1998. Se diseña una operación urbanística y los terrenos adyacentes son recalificados, quedándoselos y construyendo Acha y volviendo la propiedad de la plaza al Ayuntamiento. Desde ese momento serían empresarios por arrendamiento Corbacho y Román, hasta que este último abandona en 2017.

Según el escritor y periodista taurino, Agustín Hervás, esta plaza era la segunda de temporada de España, después de Madrid. La capital abre temporada el Domingo de Ramos y finaliza en octubre, tras la fiesta nacional. Marbella, durante años tuvo festejos todos los meses del año. Administrativamente la categoría de la plaza siempre ha sido de tercera. Convenía esa consideración porque reduce los costes. Los toros deben ser con peso mínimo de 435 kilos.

Cuando se inauguró la plaza tenía un aforo de diez mil quinientos espectadores; actualmente posee cabida para unos nueve mil. Han sido muchas las corridas importantes porque han pasado todas las figuras de referencia, desde ‘el Cordobés’ a José Tomás o Andrés Roca Rey. Memorables fueron las actuaciones de Paco Ojeda y Espartaco que se encerraron cada uno con seis toros.

Entre los presidentes de la plaza destacaron Ventura Rodríguez (de la Dirección General de la Policía), José Luis Fernández Torres (Dirección General de la Policía), José Luis Rodríguez (Delegado Municipal de Mercados), Manuel Ávila (banderillero) y Juan Cintrano, profundo conocedor de la Tauromaquia y colaborador del periodista Agustín Hervás en Onda Cero.

En torno a la plaza surgieron novilleros locales como Miguel Villalobos ‘el Percha’, Pepe Luque, Paco Urbano, David Cano, Daniel Osorio y otros. También tomó la alternativa el primer matador de toros de Marbella, Juan de Pura (Juan Jorge Viejo Márquez).

En torno a la plaza de toros comenzaron las construcciones, hasta dar lugar a la actual barriada Plaza de Toros, al comienzo alejada de la ciudad. Cuando surgió el transporte urbano de Marbella (Empresa García Parra), la primera línea de autobuses unía la plaza de toros con el hotel Meliá Don Pepe, establecimiento que también se inauguró en 1964.

El coso de Marbella además fue escenario de abundantes actuaciones musicales y espectáculos de riesgo con automóviles y motos. Tradicionalmente se programaba corrida en Semana Santa y en la Feria de San Bernabé. Precisamente en la corrida de la feria de 2009, la banda de música no acudió, de forma que faltaban los pasodobles. De urgencia se requirió la presencia del trompetista José Collado, quien hizo acompañamiento solista con gran brillantez, atreviéndose incluso con un solo de Nerva. Cuando se inauguró la plaza de toros, Marbella tenía poco más de 13.000 habitantes. Sesenta años después comprobamos que el crecimiento ha sido espectacular.