La Sociedad Española de Inmunología clínica y Alergia Pediátrica (SEICAP) advierte del riesgo de confundir el resfriado, muy común en esta época, con la rinitis alérgica, ya que se podrían recibir tratamientos inadecuados y no ser asistidos de forma inmediata en casos de crisis alérgica.

El doctor Marcel Íbero, presidente de SEICAP, recomienda en un comunicado la visita al especialista en caso de que los síntomas como estornudos, mucosidad transparente, picor de nariz intenso o taponamiento nasal, aparezcan de forma repetida y prolongada en el tiempo.

Un catarro común no suele durar más de quince días y pueden padecerse entre dos y cuatro al año, pero si en cuatro semanas no desaparecen los síntomas se hablaría de rinitis alérgica, una enfermedad que puede manifestarse durante una sola estación o durante todo el año, según explica Jesús Garde, jefe del Servicio de Alergia Pediátrica del Hospital General de Elche y miembro de SEICAP.

Durante el mes de febrero, la concentración de pólenes procedentes de plantas causantes de alergias (como el aliso, el ciprés, el pino o la ortiga) es alta, especialmente en el centro peninsular. Sin embargo en esta época también aumentan los casos de resfriados, de ahí que sea muy común confundirlos con la rinitis alérgica.

La mejor manera de distinguirlo es el picor de nariz. En el resfriado es leve, pero en la rinitis alérgica es intenso y muy molesto. Además en ésta, los síntomas son más persistentes, lo que puede alterar mucho la calidad de vida del niño y afectarle por tanto a su rendimiento escolar o durante el sueño e incluso, según el doctor Garde, en su relación social.

Los alergólogos pediátricos recomiendan la visita a la consulta del especialista para realizar un estudio de alergia que permita un correcto diagnóstico y así poder indicar el tratamiento más adecuado que mejore la calidad de vida del niño.

En la actualidad, un 9 % de la población infantil menor de 5 años padece rinitis alérgica y un 25 % entre los 13 y 15 años. Los especialistas, el número de casos de alergias ha aumentado debido al tabaco y a las condiciones ambientales. Además, la mayoría de estos casos no están controlados ni siquiera por los pediatras.

Los síntomas propios de la rinitis alérgica son corrientes en los niños menores de cinco años y suelen deberse a resfriados por virus, con lo que se hace más difícil distinguirlo. Los que son más mayores tienen menos catarros con lo que es más sospechoso que los síntomas sean debidos a alergia.

Los síntomas de la rinitis aparecen por el contacto del paciente con el alérgeno, que le provoca una inflamación de las capas internas de la nariz y una reacción excesiva a desencadenantes como los propios alérgenos, los catarros por virus, los olores fuertes, humos, polvo, cambios bruscos de temperatura, pequeños golpes, ejercicio, nerviosismo o llanto, entre otros.

Para confirmar la existencia de rinitis, el alergólogo pediátrico realiza un análisis de la mucosidad nasal y pruebas funcionales de la nariz, y en caso de que los síntomas se presenten de forma aguda es necesario un tratamiento de rescate a base de antihistamínicos o corticoides.