La Semana Santa en su amplia riqueza patrimonial e histórica recoge infinidad de curiosidades y de nombres que quizás jamás será posible descubrir a todos; artistas, pintores, bordadores, orfebres, escultores e imagineros se unen a muchos más que tal vez pasaron desapercibidos y su firma no quedó estampada en ninguna obra ni en ningún texto.

Desde la calle Alcazabilla partirá esta noche el Coronado de Espinas acompañado de su Madre de Gracia y Esperanza y de un reguero de nazarenos cada vez más amplio. La plaza del Obispo se volverá a quedar pequeña para recibir a los Titulares de esta señera corporación del Lunes Santo, cuando ya el itinerario toque a su fin. La venerada imagen del Santísimo Cristo Coronado de Espinas fue realizada en Málaga por Pedro Moreira, y bendecida el 7 de abril de 1946.

El taller de Moreira, imaginero malagueño que también residió en La Línea de la Concepción (Cádiz) estaba en la calle María, vía paralela a la de Fernando el Católico y muy cerca de la Basílica de la Victoria. Por allí más de una vez pasó Francisco Casquero Mateos. Como bien indica su hija María Dolores, su padre fue el modelo que Moreira utilizaría para el torso del Coronado de Espinas, abonándole el artista a Casquero cien pesetas de la época por su colaboración, para ayudarle a salir adelante. No eran tiempos fáciles, como comenta su hija. Francisco contaba con veinte años y acaba de concluir su servicio militar cuando posó para el artista que realizó al Coronado de Espinas. Moreira, más tarde, le regalaría un cuadro que la familia conserva, pero esa no fue toda la relación entre Casquero y Moreira. Un año antes Francisco Casquero, que falleció en marzo de 2012, había prestado su cuerpo para otra imagen procesional malagueña. Esta vez no fue el torso, sino el pie de la Virgen de la Soledad, de la cofradía del Santo Traslado de la iglesia de San Pablo, el que realizó Moreira siguiendo el de Francisco. La imagen sería bendecida el 19 de marzo de 1945. María Dolores Casquero recuerda, según le han contado su madre y su tía, que en el cuello de la dolorosa trinitaria del Viernes Santo se guardaron en un pergamino los nombres de todos los que posaron para que Moreira realizará a la Soledad, ya que según cuenta fueron varias personas para las diferentes partes de la imagen.

El torso y el pie de Francisco Casquero se quedaron para siempre a formar parte de la Semana Santa de Málaga como tantos otros anónimos que han servido para que escultores e imagineros lleven a la realidad sus obras, iconos devocionales a los que el pueblo reza.

@JoseMariaVera