Lunes Santo

Jesús de la Pasión: un trono emblemático y malagueño

Juan Antonio Sánchez López, catedrático de Historia del Arte de la Universidad de Málaga y autor de la renombrada monografía ‘El alma de la madera’, analiza el trono de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, un trabajo original de Manuel Seco Velasco de 1946, con diseño de Ramón Grosso Portillo, que en 1992 fue ampliado por Manuel de los Ríos. A la traza de ‘pecho de paloma’ que le da tanta movilidad, hay que sumar como elemento más distintivo los cuatro grandes faroles de planta cuadrada, inspirados en los faroles de hierro de la Plaza Nueva de Sevilla.

El trono de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, en su salida procesional de 2017.

El trono de Nuestro Padre Jesús de la Pasión, en su salida procesional de 2017. / Álex Zea

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

Juan Antonio Sánchez López no duda en calificar el trono de Nuestro Padre Jesús de la Pasión de «emblemático en la Semana Santa de Málaga por muchos aspectos, entre ellos el de haber sido el primer trono de orfebrería del concierto procesionista de la ciudad», además de «malagueño» en su esencia.

Para empezar, destaca que la Archicofradía de Pasión es «una cofradía malagueña al cien por cien, que supo reinventar su estética y recuperar numerosas tradiciones seculares, aún siendo una hermandad de 1935 y no del XVII o del XVIII».

Como recuerda, Pasión nace como cofradía penitencial y en esa línea de cofradía austera, buscó un concepto de trono de Cristo que respondiera a la idea. «En esa búsqueda crea un hito: el primer trono metálico para un Cristo y, por extensión, para la Semana Santa de Málaga». El sevillano Manuel Seco Velasco se encargó, en 1946, de realizar el trono original, que parte de una obra anterior que realizó para Cádiz, con diseño de Ramón Grosso Portillo: los originales respiraderos del paso de palio de la Virgen de la Soledad, de la cofradía de la Veracruz, que también procesiona el Lunes Santo.

«Parte del diseño de Cádiz pero lo adapta para convertirlo en un trono de Cristo», recalca el catedrático.

El trono, de plata y metal plateado, luce el clásico «pecho de paloma» que combina formas cóncavas y convexas y le da «una traza alabeada y sinuosa», con un baquetón superior y dos inferiores unidos con el pecho de paloma. En ese sentido, las cuatro esquinas de hojarasca evidencian a la perfección el perfil del trono. 

Todo ese movimiento, detalla, al mismo tiempo define una superficie «que puedes ornamentar totalmente y que te da un aspecto suntuoso pero elegante, no estridente», con todas las decoraciones y grandes cartelas de rocalla distribuidas «en lugares estratégicos del cajillo».

Farolas de la Plaza Nueva de Sevilla, que Seco Velasco tomó de inspiración para el trono de Lunes Santo.

Farolas de la Plaza Nueva de Sevilla, que Seco Velasco tomó de inspiración para el trono de Lunes Santo. / Wikipedia

Además, el elemento con el que Seco Velasco dará originalidad al trono serán los cuatro grandes faroles de planta cuadrada de las esquinas, adosados mediante un basamento tropezoidal que remata un elemento en forma de ánfora. Cuatro dragones inspirados en las formas del grutesco renacentista escoltan el basamento. Para los faroles el orfebre sevillano se inspiraría en un mobiliario urbano real: los faroles de hierro de la Plaza Nueva de Sevilla, diseñados por el arquitecto Juan Talavera y Heredia. El resultado, resalta Juan Antonio Sánchez López, son «unos faroles icónicos, de las piezas más emblemáticas de la Semana Santa de Málaga por la personalidad que tienen».

La ampliación

Otro detalle del trono, con los Mártires de fondo, en 2017.

Otro detalle del trono, con los Mártires de fondo, en 2017. / Álex Zea

Como recuerda, el trono original era de planta cuadrada, porque en el 46 «era más que suficiente, ya que salía únicamente el nazareno antiguo, que era un Cristo de pequeñas proporciones». En los 50 se incorpora el cirineo de Castillo Lastrucci, «que no es el actual y que no estorbaba con el Cristo primitivo».

Será con la llegada del Jesús de la Pasión de Ortega Bru cuando el trono se quede pequeño y la archicofradía plantee la ampliación de los laterales.

La ampliación correrá a cargo de Manuel de los Ríos «y como es un diseño que admite muy bien la continuidad, no se nota absolutamente nada», precisa el catedrático, que aprovecha para señalar que el trono está incompleto, a la espera de incorporarle, en cada lateral, justo por encima de cada cartela central, sendos farolitos de planta circular diseñados en su día por Fernando Prini, siguiendo la línea de los monumentales faroles de las esquinas y con la intención de rematar el trono en sus proporciones armónicas.

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