Semana Santa de 2023

Una vida en el varal del Santo Sepulcro

La cofradía reconoce la trayectoria de sus hermanos con más antigüedad, como Adrián Villalba, de 81 años - El traslado de Nuestro Padre Jesús del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad reúne a los feligreses en la Abadía de Santa Ana del Císter

Ana Barranco

Ana Barranco

"¿Qué voy a sentir? Una pena muy grande de no poder llevar mi trono". Cuando solo era un chaval, con 15 años, Adrián Villalba arrimó por primera vez el hombro a la cofradía del Sepulcro. "Yo estaba en el Málaga Cinema y los vi", cuenta con entusiasmo a La Opinión. En la puerta de aquel mítico cine de la Plaza Uncibay comenzó todo, una vida cofrade que ya tenía raíces en una familia venida desde La Haya (Holanda). Su padre, Julio Villalba también había vinculado su historia a la emoción de la Semana Santa, siendo hermano mayor de Las Penas y La Esperanza. 

Hoy, su cofradía le ha reconocido su trayectoria, de más de 60 años, en un acto celebrado en la Iglesia de Santa Ana del Císter, minutos antes de la salida del traslado de los titulares, Nuestro Padre Jesús del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad. 

La salida ha estado marcada por el silencio, como no podía ser de otra manera. 4 tambores determinaban el ritmo de los pasos de los hermanos desde la pequeña iglesia escondida hasta la casa hermandad, en la calle Alcazabilla. Senda de gotas de cera burdeos y unas manos que agarraban las velas con fuerza, todas vestidas con guantes negros. Entre el camino que creaban las velas, comenzó a andar el Señor, portado con el respeto que se merece la imagen. 

De cerca, le siguió la Virgen, una dolorosa de manos finas y puñal clavado en el pecho. Detrás de ella, un grupo de penitentes que la siguen y que lo harán también en la salida procesional de la hermandad. La cuenta atrás, solo 5 días.