Jueves Santo

Jueves Santo: De Vera+Cruz de madrugada a Vera+Cruz de media tarde

El Leño Verde de San Juan contagia con su carisma un poquito del Jueves Santo en su silenciosa salida del interior de San Juan, donde Fusionadas regresa para hacerse cofradía desde dentro, con una comitiva llena de simbolismo y que extiende la devoción por la verdadera cruz de Cristo también en Málaga, tras recuperar felizmente esta devoción más de cinco veces centenaria

Ignacio A. Castillo

Ignacio A. Castillo

Tampoco es necesario estar recordando cada año lo que significaba la salida del Cristo de la Vera+Cruz en la madrugada del Viernes Santo. Por supuesto que suponía un punto y aparte. Un remanso de paz nazarena después del estallido sensorial que suponía cada Jueves Santo. Un oásis al que no se estaba acostumbrado y que cada año invitaba a que los malagueños se dieran cita en las puertas de San Juan tras un reponedor chocolate con churros tras el encierro de la Esperanza. Claro que se echa de menos, cómo no. Porque era única. Incomparable. Ahora, en mitad del Jueves Santo, dentro de las limitaciones que impone la jornada, la mayordomía de Fusionadas intenta contagiar de su carisma, aunque solo sea un poquito, la media tarde.

Dentro del ajetreo que impone el día, de las bullas, de las filas interminables de sillitas plegables que pueblan las aceras y las bocacalles, del ir y venir incesante de personas, del colapso de público generalizado, a su modo, Vera+Cruz trata de evocar aquellas auroras de frío que calaba hasta los huesos. De suelos mojados tras el baldeo diario. La vista, en cualquier caso, el resto de los sentidos también, se centran en el Leño Verde de san Juan, ese al que alude el Evangelio, y que es Cristo tras su martirio. Tras los azotes recibidos en el Pretorio. Tras ser enclavado y exaltado en su cruz. Dormido en el madero. Ajusticiado como un malechor en una cruz que pasó de ser instrumento de tortura a símbolo de salvación. Y así se convirtió en el Lignum Crucis, que una vez hallado se propagó por todo el mundo.

Vera+Cruz | Jueves Santo 2023

Ignacio A. Castillo

Y Málaga pudo encontrarlo escondido en un desván, después de décadas, cuando se creía perdido tras la corriente anticlerical que sacudió los templos en 1931 y 1936. Recuperado y restaurado para el culto y para la procesión, en un milagro de la imaginería. Y gracias a esto, en el Cristo de Vera Cruz está presente la mejor gloria artística del gótico de la ciudad.

La procesión sale de San Juan, su sede canónica, a donde Fusionadas regresa para hacerse cofradía desde dentro, con una comitiva llena de simbolismo.  "Resurrexit sicut dixit" y "Mors mortem superavit", ("Resucitó como había dicho" y "La Muerte venció a la muerte") se insertaba en el sudario que en blanco y negro pendía de la cruz que abría el camino. A su lado, niños de librea imponían respeto. Los nazarenos, de capirote verde y túnica negra, iban saliendo poco a poco del templo. Entre las secciones de vela, característicos quitasangre. Tras el acolitado, llegaba el turno del trono en caoba del Crucificado, que obedecía las órdenes de los capataces para sortear el dintel de San Juan y bajar por la rampa hacia Calderón de la Barca.

Lo hacía en completo silencio. Tímidas rosas violáceas en dos pequeños violeteros custodiaban a la imagen, que iba sobre un risco de piedra desnudo. La banda del Maestro Infantes, de Los Barrios, aún no se había estrenado, pero preparaba en el atril 'Virgen del Valle', de Vicente Gómez Zarzuela.