Los fumadores están viviendo días difíciles. Cada vez es más problemático para ellos disfrutar de su adicción, por eso buscan recursos de lo más variado para dar unas caladitas al tan deseado, para ellos, cigarrillo.

Por la noche, en los bares de copas, hay quien se resiste a pasar frío y se esconde para fumar en los cuartos de baño. En algún local ya han tenido llamar al fontanero para que desatasque los retretes de colillas.

Inconveniente para ellos pero también para los vecinos. Más grupos de gente a la puerta de los locales, es también más ruido. Algunos hosteleros ya han sufrido las quejas vecinales, pero tampoco pueden obligar a nadie a estar en la calle. Los porteros tendrán ahora más trabajo.