Investigación

Víctimas de la secta de Castellón urgen que la persuasión coercitiva sea delito

Campaña en la red para recoger firmas y reclamar la tipificación penal de esta práctica coercitiva 

Exadeptos del grupo denuncian el "terror" que han vivido debido al "chantaje emocional" sufrido

Imagen de sustancias incautadas a la secta.

Imagen de sustancias incautadas a la secta.

Sara Ríos

La operación de la Guardia Civil que permitió desmantelar una secta en la Pobla Tornesa (Castellón) ha trascendido ahora, pero se llevó a cabo en marzo, tras la denuncia de unos padres de un chico y una chica que fueron captados. Unas semanas antes, a finales del mes de enero, una de las víctimas de este grupo psicoterapéutico puso en marcha una campaña de recogida de firmas en Change.org para reclamar a los partidos políticos que incorporen la tipificación penal de la persuasión coercitiva amparándose en los prestigiosos estudios científicos en Psicología, Sociología y Derecho que avalan su naturaleza criminal.

Los tres detenidos, entre ellos la líder de la secta, a la que llamaban la "maestra", están siendo investigados por un juzgado de Castellón por los delitos de estafa, revelación de secretos, contra la salud pública, asociación ilícita, intrusismo laboral y agresión sexual.

"Hemos vivido estas experiencias con auténtico terror, que aún sigue en nuestros cuerpos. El chantaje emocional y la persuasión coercitiva que han ejercido nos han destrozado nuestra personalidad. En vez de ir a mejor, nos ha hipotecado nuestra relación con nuestros allegados y amistades en un laberinto de difícil salida. A ello hay que sumar prácticas chamánicas con sustancias ilegales y derivados alucinógenos", se narra en el texto que acompaña la petición de firmas que ya supera las 41.000 rúbricas de las 50.000 que se quieren alcanzar.

Miles de víctimas en España

"Muchas veces el responsable de hecho o de derecho de un grupo de estas características desarrolla actividades orientadas a crear, mantener o explotar el estado de sujeción psicológica o física de las personas que participan en las mismas para beneficio propio o del entramado organizado", se recoge. "Hay miles de víctimas en España y en todo el mundo que denuncian anualmente abusos perpetrados por personas o grupos aprovechándose de la confianza y de su autoridad incriticable, sin embargo, la mayoría de casos se archivan o no llegan a juicio, en otro caso, la familia de la víctima no encuentra amparo legal, se destruyen familias enteras y en muchos casos llegan a tener graves problemas psicológicos e ideas suicidas", alerta esta víctima.

A este fenómeno se la ha denominado de diversas formas, como lavado de cerebro o reforma del pensamiento, pero en las últimas dos décadas se le ha empezado a denominar manipulación psicológica o persuasión coercitiva. En España, el art. 515.2º Códio Penal establece que son "punibles" las asociaciones ilícitas que empleen medios violentos o de alteración o control de la personalidad para la consecución de sus objetivos. Sin embargo, este delito nunca ha sido aplicado en España en casos de relaciones o grupos coercitivos, "lo que precisa de una regulación legal que de forma clara criminalice aquellos casos en los que se ejerza la persuasión coercitiva". 

Otros países europeos, como es el caso de Francia o Bélgica, sí que criminalizan esta circunstancia en cualquier tipo de relación social. Además, recientemente, el Tribunal Supremo, en una sentencia, ha definido por primera vez "persuasión coercitiva" siguiendo las recomendaciones de la doctrina penal apoyada en la psicología especializada.

"Se aprovechan de la vulnerabilidad"

El Observatorio Español sobre Derivas Sectarias, RedUNE, advirtió a finales del año pasado de la existencia de esta secta en la Pobla Tornesa. Su presidente, Juantxo Domínguez, lamentó que la gente siga teniendo miedo a levantar la voz a la hora de denunciar a grupos coercitivos como este, que limitan la libertad y realizan prácticas ilegales, convirtiéndose en una "mezcla explosiva". "Es importante que la Guardia Civil haya actuado en este caso, porque los detenidos llevan cerca de 18 años haciendo esto", señaló Domínguez.

"Esta pareja de pseudoterapeutas se aprovechan de la vulnerabilidad de pacientes, que lo que más necesitan es ayuda, confidencialidad y profesionalidad acreditada. Han estructurado un proceder idéntico a muchos otros de los cuales tenemos conocimiento desde hace años. Los participantes, siempre vendrán recomendados, para saber su procedencia y tener control desde el primer minuto", explicó.