Un superviviente de la matanza acusó ayer al cártel de las drogas los Zetas, uno de los más peligrosos de México, de asesinar a 72 inmigrantes indocumentados, según un portavoz de la Marina mexicana.

Según el contraalmirante José Luis Vergara, el superviviente que informó a las autoridades de la más grave masacre cometida por un grupo delictivo en México atribuyó las muertes a Los Zetas.

Los Zetas, antiguo brazo armado del cártel del Golfo –con quien libra ahora en Tamaulipas y otros estados del norte una cruenta guerra por el control del territorio– fueron formados por desertores de un grupo de elite del Ejército mexicano en 1999.

Según el portavoz nacional de Seguridad, Alejandro Poiré, este suceso sería una muestra de que el narcotráfico mexicano estaría recurriendo al secuestro y la extorsión de indocumentados en busca de recursos ante «la situación adversa» que enfrentan.

«Algunas organizaciones criminales han participado en el secuestro y extorsión de migrantes centro y sudamericanos, y en algunas ocasiones en el intento de su reclutamiento», indicó.

Los cuerpos, pertenecientes a 58 hombres y 14 mujeres, fueron hallados en la localidad de San Fernando después de que un superviviente de la matanza, herido de bala en el cuello, pudiera contactar con las autoridades. Efectivos de la Marina se desplazaron al lugar para comprobar la situación. Ahí se desató un tiroteo con los presuntos delincuentes.

El reconocimiento de la Marina se apoyó con un avión –que fue tiroteado– y dos helicópteros. En el intercambio de disparos perdieron la vida tres de los presuntos delincuentes y un marino. Un menor de edad fue detenido.

Tras la huida de los supuestos narcotraficantes, durante un registro de la zona se hallaron 72 cadáveres en un rancho. Según el herido que dio la voz de alerta, provenían de Brasil, El Salvador, Hondura y Ecuador.