En Chiclana de la Frontera

Arturo, el joven ucraniano desaparecido en Cádiz: "No te preocupes. Te quiero, mamá"

Sin rastro desde 13 de mayo de 2022, lo último que su madre tiene de él es un mensaje de texto, recibido horas después de que se perdiera su rastro

Artu en varias fotos de su álbum familiar.

Artu en varias fotos de su álbum familiar. / CASO ABIERTO

Tamara Morillo

Tamara Morillo

Sin maleta, sin ropa. Sin despedida. Sin avisar. Se llama Artem Rachkovskyy, es ucraniano, pero todos en Chiclana le conocen como Arturo. "Es la traducción al español", explica Clara, su madre. Artu, 'Arturito', salió de su casa en Chiclana de la Frontera (Cádiz) el 13 de mayo de 2022. "13… un número al que ya tengo verdadero pánico", lamenta Clara. "Mi hijo desapareció el fatídico día 13, pero... no sé realmente lo que ocurrió".

Clara, tras meses esperando una señal, habla con CASO ABIERTO, portal de sucesos e investigación de Prensa Ibérica. Los días pasan y la mujer lo lleva como puede: "trabajo mucho, prefiero estar ocupada...", intenta camuflar el dolor. "Es mucho tiempo sin saber nada… Artu y yo teníamos muy buena relación, estábamos muy unidos, ya no sé qué pensar". Clara vive desde aquel 13 de mayo sin respuestas, sin noticias, sin su hijo. Hace año y medio dejo de estar.

Artu, en una foto cedida a CASO ABIERTO.

Artu, en una foto cedida a CASO ABIERTO. / CASO ABIERTO

"Quedamos a las seis"

"Recuerdo perfectamente que aquel día, el último...", arranca su madre. "Yo me iba a trabajar". Arturo estaba en su habitación. Su día no parecía que fuera a ser diferente a cualquier otro, "despertarse, ir al gimnasio…". No hubo señales, nada que hiciera pensar que la despedida fuera a ser definitiva. "Nada en absoluto, todo normal". Arturo atravesaba un momento de cambios, "había roto con su novia y no estaba muy bien, estaba sufriendo bastante, pero nada pensar que iba a desaparecer". Hacer ejercicio, llenar un poco su agenda, le hacía sentirse mejor. Su madre, su eje de fortaleza, le animaba cada día a seguir adelante. "Artu no tuvo una vida fácil, la verdad, pero es fuerte, siempre ha luchado con todo".

"Me voy ya a trabajar". Su madre le dio un beso y, antes de irse, le comentó algo. Una tía de Arturo llegaba desde una Ucrania en guerra, había conseguido trabajo en España para cuidar a una persona mayor: "llegará sobre las seis. La recogemos en la parada del autobús". Arturo asintió. Dijo que allí estaría. No llegó.

"A las seis de la tarde empecé a llamarle y su teléfono daba apagado", reconstruye su madre. Clara recogió a su excuñada en la parada del autobús. Cuando llegó a casa, Arturo no estaba. Las alertas aún no saltaron del todo, estaban todas sus cosas. Aparente calma, aunque faltaba él.

"El último mensaje que Artu escribe llega desde Portugal", cuenta su madre

Inquieta, pero aún tranquila, Clara intentó encontrar una explicación. Quizá Artu había salido con algún amigo, o le había salido un trabajo, últimamente hacía reparaciones como albañil. Había estado conectado en Facebook por la mañana. A las diez compartió una publicación. Era un texto que hablaba de fuerza, de resistir. La leyenda del Ave Fénix: "Hay una etapa de la vida en la que tienes que Renacer… así que levántate y emprende el vuelo…”. A las 21:00 horas el teléfono de Clara sonó. "Era un mensaje de él, me decía: 'Voy a estar unos días fuera, no te preocupes. Te quiero mamá'".

Pasó un día, una semana. No era algo habitual en su hijo. "Él es muy madrero…". Clara se preocupó. La ausencia se extendió a un mes. "No tenía noticias, no había forma de saber de él". Acudió a comisaria: Artem Rachkovskyy, 33 años. Chiclana de la Frontera, Cádiz. "Yo esperaba a que volviera, pero no pude más". Complexión delgada, ojos verdes, pelo castaño. Vestía pantalon deportivo largo de color negro, camiseta verde de manga corta, gorra negra, zapatillas blancas de la marca Nike. Clara interpuso la denuncia por desaparición.

Desvío de llamadas: activo aún

Sin respuesta. Sin señal. El móvil de Arturo siempre estaba apagado: "No había manera, siempre saltaba el contestador". La factura del teléfono -la línea de Arturo está contratada en el mismo pack que la de Clara- mostró que la de él "tenía hecho un desvío a otro número que nadie conocía". Mostró, también, que "el último mensaje que Artu escribe llega desde Portugal". Clara se lo contó a la policía, "un nuevo número de teléfono, un mensaje desde Portugal... No tenemos ninguna conexión allí". La nueva línea, activa a fecha de esta publicación, muestra movimientos puntuales, llamadas cortas, pero cada vez que Clara intenta llamar, salta el buzón de voz.

"En la cárcel", "lo han matado"

La alerta de búsqueda saltó de inmediato. Se crearon los primeros carteles alertando de la desaparición. "Al final, Chiclana no es grande, es pequeño y todo el mundo empezó a hablar", se duele la mujer. Los rumores, que no pistas, dibujaron escenas de todo tipo: "empezaron a hablar de drogas, de crimen, de que si mi hijo estaba ahogado...", reproduce Clara. Un dolor añadido al que de por sí traae consigo la desaparición. "Hablaron de cárceles en Marruecos, en Portugal…".

La Policía Nacional contactó con sus homólogos portugueses, "no había registro de Arturo en ninguna cárcel ni comisaría de allí". Lo mismo ocurrió en Marruecos. "Los agentes me dijeron que no había ninguna noticia de él en El Estrecho, que lo habrían sabido de ser así". Descartaron la desaparición forzada, "y descartan que haya algún indicio de criminalidad". La hipótesis principal es la marcha voluntaria. "Sería la mejor...", piensa en alto Clara, "yo solo le pido a Dios que esté vivo, que esté bien… pero la verdad es que me extraña muchísimo que no haya contactado conmigo. Es mucho tiempo, y era muy grande nuestra unión".

Antes de desaparecer se esforzó en recoger, junto a su madre, medicinas para poder enviarlos a su país, Ucrania, para ayudar a las víctimas de la guerra

Arturo llegó con 9 años a España, hoy tiene 35, despareció con 33. "No sabemos si está bien, si no...". Policialmente el caso sigue abierto, pero no hay pistas. "Los investigadores me dijeron que se ha activado la alerta también en Interpol". Clara piensa en alto: "¿Portugal? Si se fue, si es un viaje, se hubiera llevado algo consigo… ¿no?". Marca de nuevo ese teléfono, ese número que se sumó como línea adicional en su contrato tras desaparecer su hijo: "no hay respuesta". Una vez más. Su día a día se traduce en esperar.

"El trabajo me ayuda a soportar todo. Arturo también es muy trabajador. En cualquiera que empezaba, ponía todo de sí. Cuando ha estado de albañil, cuando ha sido pastelero, carpintero… aprendía rápido. Además, es nervioso, no estaba mucho tiempo desempleado, siempre encontraba algo que hacer".

Una de las últimas publicaciones de Artu en redes sociales.

Una de las últimas publicaciones de Artu en redes sociales. / CASO ABIERTO

Desde hace año y medio no ha contactado con nadie. No ha abierto sus redes sociales. No ha utlizado Whatsapp. "¿Dónde estás, hijo?", repite Clara. Todos esperan respuestas, no llegan. Y miran sus redes, que no se actualizan. Junto a la publicación del Ave Fénix, el mismo 13 de mayo a las 10:13 horas, destacan fotos de muchos medicamentos. Los últimos meses se esforzó en recoger, junto a Clara, medicinas para poder enviarlos a Ucrania, su país, en guerra desde febrero de 2022. "La verdad es que Artu es un chico muy bueno, bueno de corazón". Clara encuentra otra foto: "Como en casa, en ningún sitio", compartió en abril. Arturo, te esperan ahí.