Casualidades, azar, esfuerzo, trabajo y éxitos. Las cinco premisas sobre las que se basa la vida de Alhambra Nievas (Beas de Granada, 1983), mejor árbitro de rugby del mundo a escala femenina, y que le han servido para estar entre las elegidas para arbitrar en los próximos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, este verano.

«Es un sueño hecho realidad poder ir a los Juegos. Desde que tengo uso de razón he visto todas las Olimpiadas, siempre ha sido un deseo estar en unas. Voy con muchísima ilusión», manifiesta Alhambra, granadina de nacimiento y malagueña de adopción.

Tras 92 años ­-París 1924-, el deporte oval regresa a unos JJ.OO., hecho que engrandece y aumenta el valor de poder estar en la competición. «Las Olimpiadas van a ser un escaparate para el rugby, nos jugamos mucho. Por su propia esencia y valores, es un deporte que debe estar en los Juegos porque encaja con el espíritu olímpico», relata.

Si duro mantenerse en la élite, también es difícil llegar a ella. Alhambra comenzó a jugar al rugby a los 19 años. Un año antes llegó a Málaga para estudiar Ingeniería Superior de Telecomunicaciones y en su segundo año de carrera le hablaron de un equipo de rugby, le llamó la atención y ahí empezó todo.

«Me animé a probarlo por curiosidad, pero ha sido el deporte que más me ha enamorado y que más cosas me ha aportado fuera del campo. El rugby te da una parte social, de respeto, de trabajo en equipo, que yo no he percibido en otros deportes con tanta intensidad», puntualiza.

Y en el mundo del arbitraje también comenzó por casualidad. Todo fue gracias a una amiga y compañera de su equipo que le dijo que necesitaba gente para una competición de rugby base en Marbella.

Le gustó la experiencia y a partir de ahí, los fines de semana que no jugaba, arbitraba. Más adelante su comité territorial le propuso ir al curso de ascenso y fue ahí cuando se planteó en serio hacer una carrera en el mundo del arbitraje. En ese momento sus planes de vida dieron un giro de 360 grados.

«Lo que más me gusta de arbitrar es seguir disfrutando del deporte, del rugby de alto nivel y el poder mejorar. Cada partido me supone un reto» detalla.

La situación del rugby en España es difícil, pero luchando contra viento y marea ha llegado a la cima por méritos propios, llegando a arbitrar tres partidos en el Seis Naciones femenino del 2015, otro en el de 2016, o tres finales de las series mundiales. Algo que no está al alcance de cualquiera.

Privilegiada por poder hacer y vivir de lo que le gusta, sabe que es algo que no se puede alargar eternamente en el tiempo. «De momento puedo vivir de esto humildemente, porque me hace feliz, pero soy consciente de que esto tiene un tiempo limitado. Soy muy buscavidas y acabaré trabajando de ingeniera, o quizás pueda terminar trabajando en el mundo del deporte», reconoce.

En cuanto al futuro, ir como árbitro principal al Mundial de Irlanda de 2017 es uno de los principales objetivos de Alhambra. «No me pongo metas, mi mayor objetivo es seguir disfrutando y si el cuerpo me aguanta y el rendimiento sigue siendo bueno, continuaré lo que pueda. Las cosas llegan solas», expresa.