El BeSoccer CD UMA Antequera prepara su retorno al mejor escaparate competitivo de la Liga Nacional de Fútbol Sala (LNFS), apuntalando los últimos detalles antes de que el balón comience a rodar el próximo viernes a las 20.45 horas en el pabellón Fernando Argüelles de la ciudad antequerana. Un camino que comienza ahora, pero que tiene a sus espaldas muchas horas de trabajo, una gloriosa fase de ascenso antes del verano y, sobre todo, la humildad de un club que está a punto de enfrentarse cara a cara con los mejores del mundo. Todo un reto.

Ese es el objetivo principal de su entrenador, Manuel Luiggi Carrasco «Moli», con una mochila que cuenta con una dilatada experiencia en el mundo del futsal. «Somos de los equipos con menos presupuesto, de los más jóvenes y con menos experiencia en la categoría, pero estoy seguro de que nuestra predisposición y actitud es la mejor por lo que podemos jugar contra quien sea», dice Moli, que cree firmemente en su plantilla para cumplir esa meta que todo el club tiene entre ceja y ceja: «Quedarnos en la mejor Liga del mundo».

De momento, la preparación no ha generado ningún tipo de dudas. Cuatro victorias y dos derrotas, una por la mínima ante el Jaén y otra en los penaltis frente al Real Betis. «Hemos trabajado de manera muy intensa durante esta pretemporada y las sensaciones son bastante buenas, además de la gran ilusión que se les ve a los jugadores, tanto los que han llegado como los que ya estaban», explica el técnico orgulloso de sus pupilos que, según él mismo, «miras sus caras y se nota que de verdad tienen ganas de competir».

Su primer rival es el único vecino andaluz en la competición, el Jaén Paraíso Interior, una de las sensaciones del anterior curso. Moli tiene muy claro qué quiere hacer que su conjunto siga esos mismo pasos. «Jaén ha tuteado a los grandes equipos de España, y se han convertido en todo un clásico después de consolidarse en la primera categoría. Ellos son el espejo en el nos queremos mirar», asegura el preparador de los universitarios.

Además, el nombre de Manuel Luiggi Carrasco sonó en la Gala Anual de Fútbol Sala, en la que la LNFS le concedió el galardón al mejor entrenador de Segunda División de la temporada 2017/18. «Es una satisfacción increíble, pero todos los entrenadores de la categoría lo merecieron. Ha sido consecuencia de todos los que me rodean, aunque yo no creo que sea el mejor entrenador ni mucho menos», declara humildemente Moli.

El equipo ha mantenido al núcleo fuerte del ascenso, pero se ha reforzado con jugadores como Luis García, que juega como ala, y admite ver al grupo «motivado y con mucha ilusión, unidos como una gran familia». «La gente puede pensar que estamos por debajo, pero el equipo trabaja muy serio, podemos estar al nivel, y aunque la permanencia sea el objetivo, tenemos que exigirnos aún más», opina el catalán procedente de la cantera del FC Barcelona.

Uno de los responsables de perforar las redes rivales en muchas ocasiones es Dani Ramos, tercer máximo goleador la temporada pasada en la segunda categoría, y que también está ilusionado con el diseño de la plantilla.

«Los nuevos están encajando muy bien en la dinámica del grupo, aportarán experiencia porque la mayoría saben de la exigencia que tiene la competición, además de un núcleo que ya estábamos aquí, que conocemos la filosofía del club y que somo expertos en luchar contra la adversidad», argumenta el Pichichi ceutí del conjunto universitario.

Si hay algo que caracteriza a este bloque es que tienen las cosas muy claras, y es que todos, desde el presidente (Pedro Montiel) hasta el último jugador, tienen claro que la humildad es lo más importante para seguir trabajando duro, continuar creciendo como lo llevan haciendo, y escribir, a partir de este viernes en el Argüelles, la historia de un sueño que ya es toda una realidad.