Nadie podía imaginar hace un par de semanas, en la previa del Unicaja-Montepaschi del pasado 14 de noviembre, que hoy, 14 días después, el equipo de Joan Plaza tendría ante sí una finalísima continental por una plaza en el Top 16 de la Euroliga, que arrancará dentro de poco más de un mes, ya en los primeros días del inminente 2014.

Los resultados de unos y otros en las últimas jornadas así lo han querido. Los verdes perdieron aquel día con el campeón italiano y también con el Olympiacos, una semana después. Mientras, el equipo de Zielona Gora, novato esta temporada en la Euroliga, sumó la semana pasada un inesperado triunfo en Múnich, que hace del Stelmet-Unicaja de esta tarde-noche (19 horas) mucho más que un partido. Y es que el que gane hoy terminará esta jornada cuarto del grupo C, mientras que el que pierda será quinto o hasta último, en función de lo que haga el Montepaschi, en su pista, frente al Bayern alemán.

Así las cosas, estamos ante una finalísima europea tan inesperada como importante. Al Unicaja no le queda otra hoy que ganar en el Centrum Reacyjno Sportowe de Zielona Gora. Sumar significaría dejar herido de muerte al rival, que quedaría con una victoria menos y con el average en contra tras la victoria contundente de los verdes en la primera vuelta en el Carpena (101-68). Todo esto, con solo tres jornadas más por delante para el corte de la segunda fase. Perder, sin embargo, le haría al Unicaja caer a las dos últimas plazas del grupo, ésas que te castigan al final de esta primera fase con el adiós a la máxima competición continental.

La expedición verde llegó anoche a Polonia convencida de que sí se puede y mentalizada de que tienen hoy por delante los 40 minutos más importantes de lo que va de temporada. Es cierto que las matemáticas permitirán cualquier cosa después de lo de hoy. Si se pierde seguirá habiendo opciones de clasificación y si se gana todavía habrá que seguir remando, pero todos son conscientes de que lo de esta noche es mucho más que un partido de la primera liguilla continental.

El Unicaja tendrá que superar a un rival en estado de gracia en lo deportivo y a una afición que lleva casi una semana preparando lo de hoy. Anoche todavía había entradas a la venta, pero todo hace indicar que el pabellón del Stelmet, con capacidad para más de 6.000 espectadores, rozará el lleno a la hora del partido.

Plaza se ha llevado a sus 12 «guerreros» en perfecto estado. Otra vez es Txemi Urtasun el sacrificado en la convocatoria. La victoria del pasado domingo en Bilbao ha sido balsámica. El ánimo se ha disparado en el plantel y hay convencimiento general de que ganar en Polonia es posible si se defiende como la segunda parte en el Bilbao Arena y si hay paciencia en ataque, principalmente ante la defensa zonal que seguro ha preparado con mimo su entrenador, Mihailo Uvalin, para tratar de frenar las ofensivas verdes.

El ala-pívot Vladimir Dragicevic, el último MVP de la Euroliga, parece su jugador más peligroso. Eyenga es otra de sus amenazas, igual que su perímetro, con Kozsarek y Zamojski como principales estiletes.

No estaba previsto este ultimátum. Pero es lo que hay. Y llegado este punto, sólo queda que apretar los dientes y demostrar quién es quién en la Euroliga: Ellos, unos novatos al más alto nivel continental; los nuestros, un clásico del Top 16 en la última década, incluso con pasado de Final Four. Así sea.