Justo antes de arrancar este sábado el partido liguero entre el Unicaja y el Herbalife Gran Canaria, el Carpena rindió un sentido homenaje a Miguel Robles, el abuelo del Unicaja, falllecido este pasado jueves a la edad den 91 años.

Lo que en un principio estaba previsto que fuera un minuto de silencio se convirtió de manera espontánea en un minuto de aplausos, mientras en el videomarcador del Palacio salía reflejada la imagen sonriente de Miguel, en uno de los muchos partidos a los que acudió en Ciudad Jardín y en el Carpena para animar al equipo de su alma.

Durante muchos años, el abuelo se convirtió en un miembro más del equipo cajista. Apoyaba a los jugadores en todos los partidos en casa y además no dudaba en viajar cuando tenía ocasión para llevar su pasión por el verde y morado por un sinfín de rincones de España.

La ausencia del abuelo durante los últimos años, ya por motivos de salud, se había notado en las gradas y se seguirá notando, aunque ahora el club de Los Guindos ha ganado en el cielo a un aficionado que seguirá ayudando y apoyando.