Fracaso estrepitoso y revolución a la vista en Los Guindos

Una mala planificación el pasado verano, la construcción de una plantilla descompensada y la lentitud para tomar decisiones importantes que pudieran cambiar el rumbo (cambio de entrenador y fichaje de un pívot), que llegaron demasiado tarde, son algunas de las claves para entender por qué el Unicaja ha dicho adiós a la temporada, sin tener plaza entre los 8 primeros de la clasificación, los que jugarán el play off por el título a partir de la próxima semana.

Es un fracaso deportivo que no tiene precedentes en los últimos 8 años, cuando con Jasmin Repesa en el banquillo, el Unicaja también se quedó fuera de la postemporada. Desde aquella Liga 2012/2013, el Unicaja siempre había estado en la lucha por el título hasta esta campaña 2020/2021 en la que, además de este fiasco liguero, tampoco pasó de la primera ronda en la Copa del Rey de Madrid y quedó eliminado por primera vez en la historia en el Top 16 de la Eurocup.

La gran pregunta es, y ahora, ¿qué? Y es que estamos ante el verano más intenso que se recuerda en Los Guindos. En las próximas fechas, el Unicaja tiene que designar un nuevo presidente (tras la marcha de Eduardo García), tiene que fichar un nuevo director deportivo (Manolo Rubia ha comunicado al consejo de administración su decisión de jubilarse), tiene que decidir si Fotis Katsikaris sigue al mando de la plantilla verde o se busca una alternativa para el banquillo y también está previsto revisar casi cada uno de los contratos firmados por los jugadores en busca de rebajas salariales, rescisiones y/o renovaciones, según cada caso.

Se avecina una limpieza en la plantilla espectacular. Si el pasado verano solo se hizo un fichaje, con la llegada de Tim Abromaitis, este próximo mercado estival llegarán al Unicaja, como mínimo, seis jugadores nuevos para todas las posiciones en la cancha. Incluso jugadores con contrato en vigor podrían también salir del club en función del planteamiento que el Unicaja Baloncesto haga para su proyecto 2021/2022.

Una de las primeras claves vendrá en los despachos con la apuesta económica definitiva que tenga el presupuesto del próximo curso. Esta última jornada de Liga volvieron los aficionados a algunas pistas. Salvo cambio radical de la evolución de la pandemia (Dios no lo quiera), la próxima temporada volverá el público al Carpena y será un alivio para las arcas verdes y un acicate para la apuesta que Fundación y Banco, propietario y principal patrocinador, que mantienen contactos en las últimas semanas a la espera de concretar las líneas maestras que tendrá el club a partir de las próximas semanas.

Ahora toca reflexionar sobre todas las cosas que se han hecho mal y trabajar para tratar de que esto no vuelva a pasar. De la planificación de este verano dependerá el éxito o el fracaso del equipo dentro de 12 meses. Ojalá los que tienen que tomar decisiones acierten.