Esto es lo más molesto al salir de la ducha y así puedes evitarlo

No hay sensación más desagradable que la de ducharnos y salir empapados de sudor, ¿quieres saber cómo evitarlo?

¿Sabes cómo evitar sudar después de la ducha y a qué se debe el que lo hagas

¿Sabes cómo evitar sudar después de la ducha y a qué se debe el que lo hagas

En verano no hay nada mejor que una ducha para sacarnos el calor de encima y el sudor que producimos debido a las altas temperaturas, pero en muchas ocasiones sudamos aún más después de dejar que el agua corra sobre nuestro cuerpo, incluso si hemos optado por la fría.

Es una sensación que no es agradable, pues nada más ponernos la ropa, la empapamos de nuevo y nos sentimos sucios, sin ganas de pasar otra vez por el agua porque podría ocurrirnos lo mismo.

¿Por qué sudamos después de ducharnos?

Las diferencias de temperatura muy marcadas, como las que tenemos en verano, afectan mucho al organismo, tanto que aumenta la temperatura interna del cuerpo e incluso el corazón late más deprisa.

El calor tarda alrededor de media hora en disiparse y lo hace mediante el sudor, de manera que cuando nos duchamos podemos tardar esos 30 minutos en dejar de sudar, en especial si antes de pasar por el agua hemos estado haciendo alguna actividad física.

Por si fuera poco, de repente exponemos a nuestro cuerpo a una humedad muy alta, algo que no ayuda nada a cortar la sudoración, esto lo saben bien aquellos que pasan el verano en zonas de costa.

Hay una forma de evitar este problema

Una de las mejores maneras de evitar “sudar como un pollo” al meternos a la ducha es esperar a que nuestro organismo recupere su temperatura normal y no expulse sudor.

De este modo, si estamos haciendo ejercicio los últimos minutos los podemos dedicar a los estiramientos, de forma que vamos ayudando al cuerpo a perder temperatura y a enfriarse, dejando de sudar si lo estamos haciendo.

Este es el mejor truco, que podemos acompañar con una buena hidratación tanto antes como después del ejercicio y controlando la temperatura del agua de la ducha, que debe estar lo más fría posible para que ayude a que la temperatura de nuestro cuerpo se autorregule y no terminemos con la ropa limpia sudada.