Según estudios sobre digitalización de la sociedad del MWCapital, la entidad organizadora del Mobile World Congress de Barcelona, el nivel económico y cultural, es el que determina el mayor o menor acceso del ciudadano a las nuevas tecnologías. Los sectores sociales más desfavorecidos o con menor nivel cultural, son los grandes afectados por esta brecha digital.

Pero si nos enfocamos en el mundo empresarial, el factor de mayor peso para la incorporación de tecnología en los negocios, es el tamaño. Es decir, que las pymes, o micropymes con menos de diez empleados, son más resistentes al cambio o transformación digital de sus procesos. Suelen ser más tradicionales, con menor formación tecnológica y cultura innovadora. Aunque aquí, hay que hacer una excepción con las "start ups" que nacen con el gen digital desde sus comienzos.

A nivel social, esta brecha digital, hace que haya desigualdades de acceso a la información, a la educación, al empleo, a mayor retribución económica. En definitiva, no ir al mismo ritmo que los demás, y verse apartado de este movimiento innovador.

Pero a nivel empresarial, esta brecha digital impacta directamente en la competitividad de la empresa y en su permanencia en el mercado.

Además, con la eclosión de tecnologías super disruptivas en los últimos 5 años, esta brecha digital se ha hecho aún más patente, pues da la sensación de que sólo es accesible por determinados grupos de poder. Así se establecerían 2 niveles de innovación o desarrollo tecnológico: la que ocurre en las altas esferas, o la innovación de altos vuelos, y la que ocurre más a nivel terrenal. Es decir, mientras que la tecnología cambia a una velocidad de crucero vertiginosa, las empresas y las personas no le siguen el ritmo.

Cada día nos encontramos con términos como Blockchain, Robótica, Inteligencia Artificial, Machine learning, Big Data, etc., Pero todo esto, ¿cómo lo aplicamos a nuestro día a día? ¿Cómo lo aterrizamos para el uso común de los mortales: empresarios, ciudadanos, y el resto de la sociedad?

Hay que recordar que el propio ecommerce hace relativamente poco tiempo se ha adoptado por la sociedad, sobre todo a partir del 2007 con la aparición de los smartphones, estando disponible esta tecnología desde antes del año 2000. Por lo tanto, se entiende que ha sido necesario un proceso de asimilación y maduración por parte de todos. Así que, frente a todas estas tecnologías disruptivas, cabe esperar que la sociedad y el mercado empresarial tendrá el mismo comportamiento: las hará propias cuando esté preparada y, sobre todo, cuando le encuentre sentido práctico de aplicación a su rutina diaria.

Como siempre, la clave está en adaptar, educar, y llevar lo grande a lo pequeño y cotidiano. Si con el Machine learning, los grupos de poder pueden cambiar el rumbo de la política de un país, yo también puedo cambiar el rumbo de mi empresa, o de mi proyección personal.

Todo se puede hacer, si tenemos la información y formación adecuada. Por supuesto, se hacen necesarias políticas inclusivas, de formación y divulgación, hacer llegar la tecnología a todos los sectores de la sociedad para reducir al mínimo posible esa brecha digital. Pues una sociedad que apuesta por la tecnología y la innovación con responsabilidad, es una sociedad más competitiva y que apuesta por la mejora continua y el crecimiento.