Poco después de los atentados, el 3 de abril, siete terroristas que se escondían en un piso de Leganés hicieron estallar el edificio y fallecieron dentro de él. Todos ellos eran miembros de la célula yihadista responsable de la masacre. Hoy solo tres de los condenados siguen en la cárcel en España. Los atentados del 11 de marzo de 2004 provocaron un cambio significativo en los esfuerzos antiterroristas de España y Europa.