La familia de Déborah Fernández ya no aguanta más. Tras 21 años de lucha, intentando sentar en el banquillo al asesino de su hermana, ha pedido suspender provisionalmente el proceso judicial reabierto hace cuatro años por la falta de respuestas de la Justicia. "No tiene sentido seguir quemándonos cuando la Justicia sigue negando la muerte homicida", ha dicho este viernes Rosa Fernández, hermana de Déborah y quien ha sido la portavoz de la familia durante todos estos años.