Save the Children recoge datos en su informe "Ser pobre en España", el retrato de 1.000 familias a las que ayuda cada mes. Algo más de la mitad de los padres –el 53%– y las madres –55%– tienen estudios secundarios, aunque uno de cada tres no cuenta con estudios primarios como máximo. Uno de cada diez –un 9% de hombres y un 11% de mujeres– tienen estudios universitarios. Tradicionalmente, la educación era la base para que los hijos e hijas de familias con pocos ingresos pudieran salir de la pobreza; nos referíamos a ella como la clave para que funcionara el llamado ‘ascensor social’. Sin embargo, desde hace años comprobamos que no funciona como debería. Sin políticas públicas que apuesten decididamente por acabar con las barreras que impiden romper el círculo de la pobreza, seguiremos condenando a niños y niñas a esta situación.