­Gregorio Campos ya impuso en las filas de la oposición, durante el anterior mandato, una forma diferente de hacer política en la Mancomunidad de Municipios de la Costa del Sol-Axarquía. Lo han reconocido algunos de los integrantes del anterior gobierno y de esa forma resulta menos sorprendente que, junto a las directrices de las direcciones provinciales de los diferentes grupos, haya propiciado su condición de presidente del primer pacto de concentración que vive el ente comarcal axárquico. Y no ha hecho sólo historia por este motivo. También quedará inscrito su nombre como el del primer regidor del organismo que procede de un municipio del interior. El también alcalde socialista de Iznate nos abrió su despacho sólo unas horas después de tomar posesión de su flamante cargo.

Apenas ha podido digerir que es el nuevo presidente comarcal y ya se encuentra con una agenda repleta de reuniones y de inminentes acciones de gobierno.

Tenemos asuntos sobre la mesa que son muy importantes y para los que apenas tenemos días por delante para resolverlos. Nos hemos encontrado ya con varias sorpresas y no podemos dormirnos. Son temas de enorme interés y de los que puede depender el futuro de la Mancomunidad. Por ejemplo, es urgentísimo resolver el juicio que han planteado los trabajadores de este organismo. Pero, asimismo, no tenemos fondos para el pago de aquí a finales de año, del canon de 1,6 millones de euros exigido por la Junta de Andalucía.

La formación Por Mi Pueblo, la única de la oposición, también les ha propuesto ya anular la totalidad de los cargos políticos.

Aún es pronto para hablar de lo que será el organigrama del nuevo gobierno. Ni siquiera está cerrado el reparto definitivo de las delegaciones. Lo que tenemos claro es que habrá cargos políticos, porque está incluido en el acuerdo de los cinco partidos, pero que el que tenga un salario tendrá que ganarse el sueldo con su trabajo. Esta casa no está para nada sobredimensionada en número de funcionarios, en el capítulo uno del presupuesto. Los que hay trabajan mucho y los que nos incorporamos ahora también tendremos que hacerlo. Me ocuparé personalmente de que así sea.

¿Cuál será su primera premisa para este nuevo mandato?

Está claro que hemos buscado de manera intencionada un gobierno en el que quepan la mayoría de las fuerzas políticas. Hemos pensado en un planteamiento similar, aunque sean organismos diferentes, al que sirve para resolver el trabajo en el Ceder o en la Asociación Comarcal para la Promoción Turística. Son instituciones donde están representados todos los grupos políticos de la Axarquía y donde no hay discrepancias, ni se busca la confrontación política. Lo que perseguimos en esos organismos es obtener el mayor número de fondos posibles. Y que una vez conseguidos, gestionarlos con eficacia para los ayuntamientos o empresarios que están implicados en esas entidades. Nuestra idea es la de continuar de esa manera. Ese motivo nos ha movido a hacer partícipes al mayor número de partidos posibles.

¿No están todavía demasiado recientes debates políticos como los derivados de la Iniciativa de Turismo Sostenible o del cambio de estatutos en este organismo?

Aquí en la Mancomunidad estamos todos de manera voluntaria. Nadie esté obligado a ser partícipe de nuestro sentir de ente comarcal solidario. Pero está claro lo que nos unió para pasar a estar los 31 municipios y no los del litoral que crearon esta mancomunidad en los años setenta: la propia Iniciativa de Turismo Sostenible. Puedo decir en este momento, aquí y ahora, que la primera fase de dicha iniciativa pública está liquidada en su totalidad. Hasta hace nada se ha hecho política del asunto porque la Junta tenía dificultades de Tesorería para transferir los fondos pendientes. Pero ya puedo afirmar además que la segunda fase está en marcha y que se está trabajando para que pueda llegar a buen puerto.

¿Los estatutos se quedarán en el estado actual, tal y como los ha heredado este nuevo gobierno?

Aquí, sin desmerecer a nuestros antecesores, hay mucho trabajo por hacer. Agradezco a Óscar Medina, con el que siempre he mantenido una relación estupenda, el cambio de poder tan tranquilo que ha propiciado. Pero hay que subir un escalón y apretar un poquito. Por lo pronto vamos a cambiar los estatutos, sí. Pero de manera profunda. Son unos estatutos que se aprobaron para una mancomunidad que nada tiene que ver con la actual, en efecto. Mi prioridad es la de organizar la casa, ahora que estamos unidas cinco fuerzas; y desde ahí abrirnos a los 31 municipios. Todo se desarrollará de una forma consensuada. El diálogo será importantísimo. Todos tendremos que ceder, cada uno en su parcela, hasta lograr que el territorio esté bien vertebrado.

Otra asignatura pendiente en la comarca es la mejora de la distribución del agua dedicada a la agricultura. ¿Habrá novedades?

Para nosotros será una prioridad el sector agrícola. Pero el tema de subir la cota del agua del pantano a los 140 metros es un asunto bastante complejo. Yo mismo soy agricultor y sin embargo reconozco que los recursos son limitados y que la prioridad es el abastecimiento. No obstante, hay alternativas, como pedir a la Junta que el agua que tiren al mar El Limonero y Jaboneros venga hasta aquí.

En corto¿Considera que los grandes municipios responderán a esa solidaridad que quiere usted proponer?

Siempre he dicho desde el grupo socialista que los pequeños municipios aportamos mucho a los grandes. Nuestros vecinos acuden a hacer compras o a disfrutar de servicios. Es lógico que aquí ellos nos compensen.

¿Es hora de replantear el gasto político que tiene hoy por hoy la Mancomunidad?

Los presupuestos están en vigor. No toca ese debate.