Relatan los más viejos del lugar en Rincón de la Victoria que nada sería igual sin el boquerón victoriano. Vecinos casi octogenarios como Antonio Prieto rememoran lo que fue y lo que es esta delicia gastronómica. «Cuántos turistas no vienen a la Costa del Sol porque saben que van a comer boquerones fritos o en vinagre en un chiringuito y con una cerveza o sangría», explica.

Con esta premisa es muy fácil de entender por qué el Ayuntamiento de la localidad, desde hace ya 13 ediciones, brinda al visitante dos jornadas festivas en las que reparte gratuitamente, en colaboración con decenas de establecimientos y de otras administraciones, casi una tonelada de boquerones.

La celebración gastronómica de más calado en el municipio se puso en marcha este sábado, aunque antes ya se sucedieron varias actividades divulgativas y hasta un certamen para premiar las mejores tapas elaboradas con tan deliciosa materia prima. Hoy concluirá, ya entrada la tarde, cuando estén repartidos en su totalidad 950 kilos de boquerones: hasta 750 fritos y otros 200 kilos adicionales en vinagre.

Hasta una treintena de establecimientos se vuelcan en la fiesta, según relató el concejal delegado de Turismo, Javier López. En la víspera, tanto la alcaldesa, Encarnación Anaya, como la edil de Cultura, Alina Caravaca, presidieron el concurso en el que participaron en esta ocasión tanto los colectivos de empresarios como La Carta Malacitana. La tapa ganadora fue un espeto de boquerón victoriano con porra de pimientos asados y perlas de aceite de oliva virgen extra.

Anaya remarcó la contribución que prestan a la fiesta las reseñadas asociaciones de comerciantes y empresarios (ACERV) y de hostelería (AEHMURV). Asimismo recordó que se trata de un homenaje festivo al boquerón que está declarado de Singularidad Turística Provincial. También se refirió a novedades que este año presenta la fiesta del boquerón, mediante la «celebración de mesas temáticas para dar a conocer las distintas formas de cocinarlo o la protección de la especie como bien natural».

Manuela Díaz, que se desplazó hasta el paseo marítimo rinconero en compañía del resto de su familia, indicó que pocas fiestas son tan participativas: «Aquí te encuentras gente de todas partes de España, porque en Rincón de la Victoria vivimos muchos que trabajamos en Málaga, pero también tienen su segunda residencia familias de toda la Costa del Sol y de otras provincias. El clima es extraordinario y las playas tienen de todo para vivir bien», expresó Díaz.

El Consistorio remarcó que este año hay distribuidos entre los establecimientos carteles que sirven de distintivo precisamente para los miles de visitantes que llevan desde otras localidades y que desean identificar los lugares donde probar los boquerones de la manera más tradicional. Por su parte, el edil Javier López incidió en que se ha incrementado el número de restaurantes colaboradores, que pasan de 25 a 30 este año. Y que la carpa central dispone de más de cien metros cuadrados para evitar los rigores del sol.